De las variantes propuestas en el estudio informativo para enlazar Pontevedra y Vigo con una autovía sin peajes, los populares, ya sea en la Xunta o en la Diputación, siempre se mostraron contrarios al ramal más largo -pero que ofrece una conexión más directa entre ambas ciudades- por su "agresión al medio y su elevado coste". De hecho, el Ejecutivo gallego reclamó en 2009 al nacional que apostara por la variante que parte de la A-57 en Pazos de Borbén. José Blanco no tuvo a bien atender la propuesta. No solo aprobó la A-59, sino que llegó a dejar en suspenso el segundo tramo de la A-57 para darle prioridad. El conselleiro de Infraestructuras, Agustín Hernández, llamó a los redondelanos a la rebelión. Sin embargo, desde que Ana Pastor recogió la cartera de Fomento, no adoptó ninguna decisión formal para variar el proyecto ni desveló de forma pública sus planes. En respuesta a una pregunta formulada por el PSOE hace un año, este mes el ministerio se limitó a explicar que la A-57 y la A-59 están previstas en el Plan de Infraestructuras Viarias por lo que "tiene previsto continuar con el desarrollo de ambas" de acuerdo "con las disponibilidades presupuestarias existentes" y añade que los tres tramos de la A-59 se "encuentran en fase de proyecto pendientes de aprobación" de los expedientes de información pública y de los proyectos de trazado.