La vuelta a casa después de los festivos de Semana Santa se convirtió ayer para muchos conductores en un trago más aciago de lo habitual. El cóctel resultante de la operación retorno y el "embudo" que representa el túnel de O Folgoso -con solo uno de sus dos carriles abierto en dirección Vigo debido a las obras- se tradujo en una retención kilométrica en la autovía A-52. Desde media tarde el vial registró un gran embotellamiento de cerca de siete kilómetros.

La caravana de vehículos puso a prueba los nervios de más de un conductor. "La retención es brutal" -lamentaba uno de los conductores que se vio afectado- "llevamos 20 minutos casi parados". Ante el parabrisas, una larga hilera de vehículos en una situación similar en el trayecto entre Ourense y Vigo.

Además del efecto de la "operación salida", que marca cada año las últimas horas del domingo de Pascua, la retención de ayer se explica por el efecto del túnel de O Folgoso, en la A-52 a la altura de A Cañiza. Debido a las obras de acondicionamiento y mejora, solo se mantiene abierto uno de sus dos conductos en sentido Ourense-Vigo. El vial es transitable además únicamente por uno de los dos carriles de los que dispone. El otro está inoperativo, señalizado con conos.

A pesar de las retenciones que generó, la apertura parcial del túnel de O Folgoso -en dirección Vigo- fue una medida adoptada por el Gobierno para favorecer la fluidez del tráfico en Semana Santa. El vial permanece abierto de hecho desde el pasado viernes 22 y se cerrará de nuevo mañana para continuar con las obras de reforma para mejorarlo y adaptarlo a la legislación europea en materia de seguridad. Los trabajos se prevé que terminen de manera definitiva en poco más de una semana para que el Ministerio de Fomento reabra el túnel el próximo 12 de abril. Para entonces estarán reformados los dos conductos, ya que el de sentido Ourense se había mejorado en 2011, también a cargo de Fomento.

Las obras en el túnel de O Folgoso generan desde hace meses desvíos por el centro de A Cañiza y las carreteras nacionales N-559 y N-120, que obligan a los conductores a prolongar el tiempo de sus trayecto en torno a 20 minutos, aunque en ocasiones incluso se ven más ralentizados por la presencia de camiones. La apertura de la dotación restará tráfico rodado a las calles de A Cañiza; si bien los establecimientos de hostelería no relacionan el cierre del vial, el 15 de enero, con un repunte significativo de su clientela. Sí ha servido sin embargo para dar a conocer la localidad, capital del jamón.