Los perros de fuerte musculatura considerados "potencialmente peligrosos" no solo conservan su tirón pese a su precio y las sucesivas modas de otras razas como los bulldog franceses o los yorkshire, sino que la demanda ha experimentado un espectacular aumento en Vigo según reflejan los datos del censo municipal, en el que los dueños de animales de presa deben inscribir a sus mascotas obligatoriamente. El listado no ha parado de crecer desde que se creó en 2002, y en los últimos tres años se ha disparado el número. En 2010 había 455, mientras que en el registro actualizado figuran 716. La media de licencias concedidas por el Concello anualmente es de un centenar, y desde enero a marzo se han solicitado 21.

El american staffordshire terrier, raza a la que pertenece el perro que el pasado sábado mató a un caniche en Coia, es menos conocida y común que los pitbull o los rottweiller, pero hay censados más de un centenar en la ciudad. Es, de hecho, la tercera raza en presencia detrás de las dos anteriormente citadas. La adquisición de estos canes de presa no para de crecer. Los pitbull encabezan el censo municipal, con 203 ejemplares hasta la fecha y su progresión ha sido ininterrumpida. Hace tres años el Concello tenía registrados 116. Los rottweiller también cuentan con un buen número de afectos: hay inscritos 169 cuando en 2010 el número era de 106.

De las 15 razas que la legislación considera potencialmente peligrosas se pueden encontrar trece en el censo vigués. El presa mallorquín y el tosa inu son los únicos de los que no existe constancia. Además, diecinueve de los ejemplares registrados son cruces entre alguna de las diferentes razas de perros de presa que requieren licencia. La ley también obliga a inscribir a aquellos de primera generación cuando uno de sus progenitores sea de estas características.

La crisis ralentizó el aumento de la demanda un lustro atrás, ya que estos perros son caros y los dueños deben realizar diversos trámites y contratar un seguro de responsabilidad civil. Sin embargo a partir de 2010 la cifra ha experimentado un gran repunte. La quinta parte de los animales de presa potencialmente peligrosos registrados en Galicia están inscritos en Vigo.

Su agresividad y el incumplimiento de la normativa provocan problemas con frecuencia. En Coia se produjo la semana pasada al menos otro caso aparte del mencionado, mientras que fuentes municipales señalaron que este martes hubo otro ataque de un pitbull. La Policía Local ha realizado 43 intervenciones durante el último año, de las que solo cuatro han sido leves, que implican multas de 150 a 300 euros. El resto son graves o muy graves y en la mayoría las denuncias fueron impuestas porque los perros no llevaban el bozal e iban sueltos en espacios públicos, por carecer de licencia, y en menor medida por agresiones a otros animales. Las multas más severas a las que se exponen los dueños pueden llegar hasta los 15.000 euros. El Concello realiza los trámites mientras que la Xunta es la encargada de sancionar.

La ley prohíbe a los propietarios entrenar a los animales para aumentar su agresividad en peleas bajo amenaza de sanción muy grave. Los expertos señalan que, aunque es necesario cumplir rigurosamente las medidas de seguridad con todos los perros potencialmente peligrosos ya que son susceptibles de atacar con mayor facilidad y pueden ocasionar graves daños a personas u otros canes, su comportamiento depende en un 90% del nivel de socialización que le aporten sus propietarios y de cómo les ejerciten.