Los pacientes que han acudido al servicio de consultas externas del Hospital Meixoeiro en las dos últimas semanas se han encontrado con los dos ascensores situados a la entrada averiados. Sin ningún cartel que indique a las personas que existen elevadores alternativos, pocos son los que descubren los cuatro ubicados al fondo. La mayoría hace uso de las escaleras. Incluso aquellos con movilidad reducida. Es el caso de un centenario que el pasado martes se desestabilizó en las escaleras mecánicas y se cayó, arrastrando a su cuidadora, Marcelina Rodríguez Davila. Ambos sufrieron hematomas y el anciano requirió también de cuatro puntos en una mano. El Sindicato de Enfermería (Satse) reclama el arreglo de estos dos ascensores y, mientras no se realicen los trabajos, la colocación de indicaciones para que la gente con movilidad reducida no se vea obligada a realizar mayores esfuerzos y a correr un riesgo innecesario.

Marcelina Rodríguez Davila relata como el pasado martes al acudir con el centenario a la consulta de cardiología, ubicada en la segunda planta del complejo, optaron por las escaleras mecánicas al comprobar que los ascensores no funcionaban. "No podía subir las normales, así que lo intentamos con las mecánicas, pero al echar el segundo pie perdió el equilibrio", recuerda. En su caída, arrastró a Marcelina, que sufrió hematomas en un codo, una rodilla y un muslo. "Él salió peor parado. Tiene un hematoma que abarca un glúteo y parte del costado y un corte en la mano". Necesitó cuatro puntos de sutura que le pusieron en Urgencias y ahora tiene que acudir a curas. Su familia respira aliviada pensando que pudo ser peor: "A estas edades...".

Fue el propio personal del centro el que les animó a poner una reclamación y el que les informó de que un matrimonio mayor había sufrido un suceso similar en las mismas escaleras. "Pedimos que lo solucionen ya para que no se produzcan mayores incidentes. Es una vergüenza y más habiendo otros ascensores que se podían señalizar".

Según el sindicato de enfermería, en la pared de ambos elevadores se abrió un "boquete grande", que todavía no ha sido resuelto. "Eso no puede estar así", reprueban.