Los trabajadores de FCC secundan la convocatoria de huelga planteada por el comité de empresa para el último fin de semana de marzo. El paro coincide con el puente de Semana Santa y la festividad local de la Reconquista que este año se pospone al lunes 1 de abril. La ruptura de las negociaciones para firmar un nuevo convenio podría dejar a la ciudad sin recogida de basura a partir del sábado 30 de marzo y entre 350 y 400 toneladas diarias de residuos en la calle durante un puente en el que los hosteleros prevén una ocupación del 50%. La empresa mantiene por ahora silencio y la plantilla ve "prácticamente imposible" un acuerdo en estos próximos diez días: "Quieren recortarnos derechos y el salario sin justificación económica y para nosotros es innegociable conservar el poder adquisitivo", advertía ayer el presidente del comité de empresa, Manuel Zabala, delegado de la CIG.

El medio millar de trabajadores de la concesionaria municipal estaba convocado a una asamblea a las diez de la noche para ratificar la propuesta de huelga. Acudieron varios cientos y por unanimidad se apoyó la decisión haciendo hincapié en la actualización del contrato con el Concello. El Presupuesto de 2013 destina al servicio de recogida de la basura 27,9 millones de euros frente a los 21,8 del ejercicio anterior, según el gobierno local, "por la obligación de cumplir la revisión contemplada en el pliego de condiciones".

Los trabajadores se agarran a esta subida para rechazar la congelación de sus salarios. "Queremos negociar y ojalá se pueda frenar el paro, pero tenemos claro que no hay razones objetivas que justifiquen la postura de la empresa y su intención de recortarnos los pluses e incrementar la jornada. Eso va a reducir las contrataciones", denuncia Zabala, quien reconoce que no hay contactos desde hace días.

"No pedimos grandes mejoras. Nuestro objetivo es mantener el poder adquisitivo y que se aplique lo firmado en el anterior convenio", defiende Miguel Ángel Carrera, delegado de CC OO en el comité de empresa, en el que tienen también representación USO y un independiente.

Las conversaciones para firmar un nuevo convenio arrancaron a mediados de enero y se interrumpieron el pasado jueves precipitando la decisión de recurrir a una huelga a punto de cumplirse cuatro años desde la última, en abril de 2009. En aquella ocasión el paro duró apenas tres días y el servicio se mantuvo en hospitales, centros de salud, guarderías y mercados y plazas por razones sanitarias.

Según la información facilitada por los sindicatos, la propuesta de FCC pasa por congelar los salarios, incrementar la jornada de trabajo en 30 minutos diarios y eliminar algunos complementos como el de antigüedad durante cuatro ejercicios. La plantilla, por el contrario, se niega a asumir "el recorte" que supone no aplicar la subida del IPC, exige el cumplimiento de las mejoras económicas pactadas en el anterior convenio y que están pendientes de aplicar y la equiparación del valor de la jornada de trabajo entre los empleados con jornada de lunes a viernes y los contratados para el fin de semana. Otro de los puntos de fricción entre los empleados y la dirección son las percepciones salariales durante los periodos de baja por enfermedad, puesto que los empleados no aceptan el planteamiento de la empresa de que a partir del cuarto día solo se cobre el 60% del salario.

500 empleados

La concesionaria tiene en total unos 500 peones en el servicio de recogida de Vigo y una treintena de personas en tareas administrativas. Las anteriores renovaciones de convenio en 2009 y 2005 también desembocaron en una huelga. Los trabajadores por ahora no están dispuestos a dar un paso atrás en sus reivindicaciones y se niegan a realizar ajustes económicos. "La empresa está obcecada y no se da cuenta ni ella ni el Concello de que somos 500 familias de Vigo las afectadas y que la práctica totalidad de nuestros salarios se invierten en la ciudad, mientras que el dinero que percibe la empresa se va fuera", señala el portavoz de los trabajadores.

El comité de empresa explicará hoy a las once de la mañana en la sede de la firma, en la carretera de Camposancos, los detalles de su programa de movilizaciones por toda la ciudad "ante el bloqueo de las negociaciones". La empresa aún no se ha pronunciado sobre los efectos del paro y prefiere no detallar l propuesta económica rechazada por la plantilla, mientras el alcalde optaba ayer por la mañana por mantenerse al margen del conflicto laboral y aguardar una confirmación. "Que hablen los trabajadores. Que expresen su opinión y hagan su planteamiento", señaló Abel Caballero a preguntas de los periodistas.