En 1998 fue víctima de un error bancario después de que una entidad le atribuyera equivocadamente un saldo negativo de 66.666 millones de las antiguas pesetas en su cuenta, lo que le llevó a emprender un pleito contra el banco. Con el paso del tiempo y ya subsanado aquel equívoco, incluso llegó a anunciar la creación de una asociación de víctimas de la banca de nombre Aviban. Ayer este vigués, Ramón P.A., tuvo que acudir a los juzgados, pero no lo hizo sin embargo en calidad de afectado, sino para sentarse en el banquillo como autor de una estafa en la que paradójicamente las perjudicadas fueron entidades bancarias. Y es que este hombre utilizó documentación de su madre, ignorándolo ella, para abrir varias cuentas y contratar a continuación préstamos y tarjetas de crédito con las que realizó distintas compras, dejando tras de sí un reguero de impagos. Ya no fue preciso celebrar el juicio al admitir el acusado la autoría y conformarse con la condena.

Ramón P.A. se encuentra en la actualidad en prisión por otra condena. Los hechos que fueron a juicio ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo se remontan a 2004 y fueron asumidos por este hombre tras alcanzarse un acuerdo de conformidad entre su abogada defensora y el fiscal por el que fue condenado como autor de un delito continuado de estafa y otro de falsedad. La juez le impuso dos años y tres meses de cárcel, así como una multa de 540 euros, pero debido a que padece una enfermedad psíquica, se le aplicó una eximente incompleta por la cual se le suspendería esta pena condicionado a que cumpla un tratamiento ambulatorio por un tiempo máximo de cinco años en el Hospital Nicolás Peña. El acusado sufre una esquizofrenia que él mismo en su día atribuyó, entre otras razones, al problema que tuvo con el banco por aquel descubierto millonario que le atribuyeron por error.

Nóminas

Esta estafa que lo ha sentado ahora en el banquillo la llevó a cabo utilizando documentación de su madre, como nóminas, documento de identidad, etcétera. Con la misma, abrió varias cuentas bancarias y contrató tarjetas con las que realizó compras que no pagó. También obtuvo préstamos de cantidades como 1.800, 3.000 o incluso de más de 5.000 euros. Ante los impagos, las primeras reclamaciones llegaron a la madre del imputado, que denunció los hechos: la investigación abierta permitió averiguar que quien se había hecho pasar por ella y había utilizado su documentación personal era su propio hijo sin que la mujer lo supiese. A lo largo de este procedimiento varias entidades bancarias perjudicadas renunciaron el ejercicio de acciones. A la única que finalmente ha reclamado el imputado deberá indemnizarla con 5.245 euros, además de los intereses.

Tras la vista de conformidad, Ramón P.A. regresó a prisión. Este vigués saltó a la actualidad informativa hace ya 14 años: no fue por estos casos, sino después de denunciar que un banco le había atribuido por equivocación un descubierto de 66.666 millones de pesetas. Todo se aclaró días después -la entidad reconoció el error, aunque también se llegó a publicar que habría podido ser una confusión del propio afectado-, pero el hombre presentó una denuncia en 2004 reclamando al banco una indemnización y una renta vitalicia al alegar que le seguía constando la millonaria deuda. Según afirmó en su día, ese error le provocó secuelas físicas y psíquicas, ya que le produjo una crisis nerviosa que derivó en una esquizofrenia paranoide, enfermedad por la que se le reconoció una pensión no contributiva. En declaraciones a los medios de comunicación en aquella época, este vigués denunció también que fue catalogado por las entidades bancarias como "cliente conflictivo" y que eso le impedía acceder a créditos y programas de financiación. Casualmente, el mismo año 2004 en el que presentó aquella demanda exigiendo una indemnizaran por el error del descubierto fue cuando, haciéndose pasar por su madre, cometió la estafa por la que fue condenado ayer.