La bolsa de entre 47 y 70 millones de euros que puede inyectar los peajes de autovía a las arcas lusas vuelve a captar la atención de Portugal. Hace meses el Ejecutivo de Pedro Passos Coelho ponía sobre la mesa de la "troika" -FMI, UE y BCE- una fórmula para sumar 15 nuevos pórticos en sus antiguos viales gratuitos (Scut). Cuando la medida se hizo público la presión social que desató le obligó a "aparcarla". Pero no a olvidarla. Al menos no en sus objetivos. El diario luso Jornal i revelaba ayer que Estradas de Portugal -EP- maneja ya un segundo estudio que, con un fin similar, apunta una receta alternativa: controlar todas las entradas y salidas a las autovías a través de un sistema electrónico similar a Via Verde. El cambio supondría gravar tramos ahora exentos, como los cerca de 30 km de A-28 que separan las localidades de Caminha y Viana.

El nuevo modelo de peajes se desprende de un documento interno de EP fechado en febrero. Sus conclusiones preliminares son fruto de un grupo de trabajo integrado por Cap Gemini, la propia EP, Ascendi y Via Verde. Para saltar del papel al asfalto deberían recibir ahora el visto bueno del equipo de Passos Coelho y colarse así entre las negociaciones con la "troika".

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