Y más estafas. Un empleado de una inmobiliaria ha sido sentenciado a 6 meses de cárcel por actuar como intermediario, sin autorización, en el arrendamiento de un piso en calle Colón, cuyo alquiler se anunciaba en internet. Simulando la firma del dueño en el contrato, cobró 1.800 euros al representante de una empresa inglesa por una mensualidad de alquiler y fianza, pero no le entregó las llaves.