Primer gran colapso del año en el servicio de Urgencias del Hospital Xeral. La avalancha de pacientes con problemas respiratorios unido a la escasez de camas libres en el centro ha obligado a desviar enfermos al Nicolás Peña y al centro privado de Fátima. A pesar de esta medida, la altísima frecuentación arrastrada desde el fin de semana mantenía ayer por la mañana a más de una docena de personas en los pasillos del centro de la calle Pizarro esperando a recibir tratamiento o a que dieran altas a mediodía para poder ingresar. El propio personal de Urgencias reconoció a FARO que había enfermos en la sala de espera que llevaban más de diez horas pendientes de diagnóstico o de una habitación.

El Sergas reconoció "muchas dificultades" en el funcionamiento del servicio y la necesidad de recurrir a las camas libres en otros centros del Chuvi y en el Hospital de Fátima, a donde fueron desviados cuatro pacientes. Como medida excepcional se decidió ingresar a media docena de mujeres en la zona de Obstetricia en la segunda planta del Xeral, que no estaba completa.

A última hora de la tarde, desde el Sergas informaron que la situación "evolucionaba bastante bien", quedando pendientes de ingreso cuatro personas en el Xeral y una más en el Meixoeiro. Atribuyen el atasco a un repunte de los problemas respiratorios que afectan principalmente a personas mayores y requieren más tiempo y pruebas. Según datos oficiales, las Urgencias del Chuvi sufrieron el lunes un pico de 630 pacientes frente a la media de 509 con los que cerró el pasado año, un 23% más.

El principal problema se concentró la madrugada del martes, lo que produjo el gran "colapso" y "hacinamiento" denunciado por los sindicatos ayer por la mañana. La CIG y SATSE solicitaron la intervención de la Dirección del Chuvi, que se habría negado a habilitar una sala anexa con seis camas en la planta cero que ya se ha utilizado en otras ocasiones para aliviar las Urgencias. "Esta vez no se hizo y esperamos que las razones no fueran económicas", advirtió la CIG.

La queja más importante de los representantes de los trabajadores es que se tardó en reaccionar. "Llevamos tres días de mucha presión y esta noche fue imposible liberar camas. La gente está por los pasillos y se nos echa encima pero no podemos hacer nada más. Estamos saturados", relataba un miembro de la plantilla en plena jornada tras comprobar en persona cómo algunos pacientes tuvieron que esperar en la entrada "hasta diez y doce horas para ser atendidos".

"Los enfermos están desesperados retenidos en la sala de espera desde el lunes a las once de la noche", informaba CC OO a través de un comunicado en el que cifraba en once las personas pendientes de hospitalizar a mediodía. En algunos momentos llegaron a acumularse hasta 19 enfermos sin habitación por los pasillos. "Es indecente y muy grave que Sanidade no resuelva los problemas del área sanitaria, el déficit crónico de la falta de camas y continuos colapsos en Urgencias", denunció Araceli Loureiro, de CC OO, que vinculó el primer gran atasco de este año en la unidad con "la supresión de profesionales y las jubilaciones no cubiertas".