Alexandre Rodríguez, profesor del departamento de Lingua Galega, recuerda que el grado obtuvo la aprobación de las agencias de calidad estatal y gallega en un momento en el que la cifra mínima exigida era de 25 alumnos. "Y aún así, en la memoria establecimos un cupo de 30 que estamos cumpliendo. Nos han cambiado las reglas del juego a mitad de la partida y en un momento en el que los estudiantes disponen de menos ayudas públicas", apunta.

"La captación de alumnos ha sido uno de nuestras preocupaciones desde la puesta en marcha del grado, pero también la mejora a todos los niveles. De hecho, la valoración de los estudiantes es superior a la media de toda la Universidad y éste es un punto fuerte y muy positivo", destaca Rodríguez, que este año ha adelantado la presentación en los institutos y que también trabaja en una mayor visibilidad de estos estudios en la red.

Asegura que la combinación de los dos idiomas es "sólida" y que amplía las posibilidades en el mercado laboral: "La dinámica es positiva y esto nos hace ser optimistas porque no estamos lejos de cumplir el decreto".