Tras década y media trabajando en el puerto, Emilio Rodríguez saltó a la automoción de la mano de una ETT. Allí se ocupó durante otros diez años. "Antes a los carretilleros nos rifaban, ahora olvídate... Resulta muy complicado encontrar algo", resalta. Desde octubre este vigués de 41 años espera en su casa la llamada de las empresas para trabajar, como aclara, "por días".

"Voy cuando les hago falta: un día, una semana... Mientras el naval funcionaba pasábamos de un sector a otro, pero tampoco allí hay trabajo", resume Rodríguez. "Me planteo ir al extranjero, a México, donde tengo conocidos, pero tienes familia, casa... no resulta tan sencillo".

Rodríguez lamenta de forma especial el papel de las empresas de servicios. "Las ETT pagan según convenio; pero esas firmas, algunas de ETT, tienen sus propios convenios", critica, indignado por sus "malas" condiciones y sueldos bajos.