La ruinosa cubierta de las antiguas bodegas Bandeira, 30.000 kilos de forjado, ya ha pasado a la historia. También está completamente vacío el interior del simbólico edificio de estilo regionalista de O Calvario después de un mes de retirada de maleza, madera, tejas, y escombros. Sesenta camiones fueron necesarios para cargar y retirar todos los restos. Los operarios trabajan ahora con ayuda de dos grúas pluma en el desmontaje de las fachadas piedra a piedra. Desde el lunes hasta ayer por la tarde habían depositado en tierra 70 metros de cornisa.

El edificio, inaugurado en 1942 y abandonado desde hace casi tres décadas tras el cierre de las bodegas de la familia Bandeira, está conformado por dos niveles. Los obreros trabajan con especial cuidado en el desmontaje del superior, el más delicado por riesgo de desprendimientos, según explican responsables de la contrata, el grupo Godoy Maceira, que ha participado en la construcción de la T4 de Barajas, la ciudad deportiva del Real Madrid y la ampliación del Museo Reina Sofía entre otras obras. "Después avanzaremos más rápido. Antes de Semana Santa todo el edificio estará desmontado", indican.

Las piedras son trasladadas a las instalaciones de la empresa en Porriño. El edificio desaparecerá del solar para volver a reconstruirse en el futuro a fin de reconvertido en centro comercial. Antes de levantarlo habrá que excavar hasta una cota de 16 metros bajo tierra, la profundidad necesaria para la cimentación y construcción de los cuatro sótanos del futuro recinto, que tendrá dos alturas y un nivel de cubierta.

Los operarios iban a desmontar ayer el escudo orientado hacia la calle Aragón, una pieza de 1,05 por 1,50 metros con un peso de tonelada y media. Se trata tras un primer análisis, en opinión del doctor en Historia José Ramón Iglesias Veiga, de un motivo heráldico "ornamental, no histórico" en el que destacan la imagen de una virgen, el rótulo "Ave María" y un león. Existe otro escudo de mayor tamaño presidiendo la fachada hacia la calle Extremadura. El investigador resalta que las antiguas bodegas son un ejemplo del resurgimiento del estilo regionalista en la posguerra, con un "tratamiento de granito mezclado con mampostería revestida de cal". En Vigo el edificio industrial más característico de este estilo es la fábrica de conservas Albo, en Jacinto Benavente.