El Tribunal Supremo ha rebajado en un año y medio de cárcel la primera condena de David Reboredo al reconocer que en el año 2006 intercambió en "una única entrega" una papelina con una cantidad "nimia" de droga, que "nunca" abandonó el tratamiento de deshabituación y que cuenta con un "sólido" apoyo familiar. La sentencia, notificada ayer tras haberle denegado el Gobierno el indulto, abre la vía a una nueva petición de la medida de gracia, pero sobre todo facilitará beneficios de cambio de grado en el centro penitenciario.

El extoxicómano vigués rehabilitado ingresó en prisión el pasado 5 de diciembre para cumplir dos penas de 3,5 años -por la venta puntual de una papelina en cada caso-. La noticia de reducción de la condena se la comunicó en el Hospital Meixoeiro su padre, Edmundo Reboredo, un octogenario invidente que es el principal defensor de su hijo.

David Reboredo fue trasladado ayer por la tarde desde A Lama al Hospital Meixoeiro para realizarle una resonancia ante una posible infección en la prótesis de rodilla y recibió un inesperado regalo de Navidad. Su padre y sus hermanos -Olga y Mundo- pudieron reunirse con él en un emotivo encuentro, pues desde que ingresó en A Lama no habían podido abrazarse.

El alto tribunal ha dado la razón a su abogado Guillermo Presa, y ha anulado la resolución dictada en 2007 por la Audiencia de Pontevedra que le imponía tres años y seis meses de prisión por la venta de 0,293 gramos de heroína con un valor de 42 euros en el mercado.

Edmundo Reboredo manifestó que recibieron la rebaja de la condena con gran satisfacción, pues facilitará a David el acceso a beneficios penitenciarios. "Nos denegaron los indultos como si las sentencias fueran firmes, de 7 años de prisión. El Supremo no había contestado nuestro recurso. Llegó hoy y lo aprobó".

El padre de David tiene "una gran esperanza en que se consiga el indulto. Es lo más importante", resalta. También destaca el "formidable" apoyo social a su hijo que se multiplica por miles en las redes sociales: "Demuestra que los españoles son muy solidarios y se vuelcan contra las injusticias".

Y es que Edmundo lo tiene claro: "Hay que reformar los juicios respecto a estos intercambios entre toxicómanos -no se sabe quien paga, quien compra- y muchos "pringados", como yo les llamo, que carecen del apoyo familiar que tiene mi hijo, padecen esta injusticia"