Unos hechos "muy graves" que pusieron en riesgo la integridad física e incluso "la vida" de la víctima. Así definió ayer la Fiscalía el comportamiento que le imputa a un patrón de Nigrán para el que pide una condena de dos años y medio de prisión al acusarlo de acosar con su barco a un joven vigués que estaba practicando pesca submarina cerca de la playa de Patos, en Panxón, a donde había ido a pasar el día con su familia. El marinero, J.A.F.A., supuestamente se dirigió a toda velocidad con su lancha hacia el buceador y comenzó a increparlo con insultos y amenazas para que se fuera de allí, llegando a arrastrarlo un tramo con la embarcación ya que enganchó la boya que el chico tenía asida con una cuerda a la mano en la que también agarraba su fusil. El buzo pudo finalmente ponerse a salvo en unas rocas. Ayer, en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo, el joven reconoció sin duda al imputado, mientras éste negó la autoría alegando que en ese momento estaba faenando en otra zona: "Trabajo todos los días en el mar, vivo de eso, y no conozco a esta persona".

Ocurrió el mediodía del 16 de mayo de 2011. El joven vigués, Marcos Costas, aficionado a la pesca submarina, había ido ese día a la playa de Patos con sus padres, su novia y otros familiares y decidió adentrarse en el agua para practicar su hobby. Cuando estaba en una zona colindante con Monteferro, vio como un barco que faenaba en la zona con tres marineros se acercó "a gran velocidad hacia él". "Me increparon con insultos y amenazas para que me fuera, diciéndome que aquella zona era de ellos", contó la víctima. De repente, le engancharon su boya y lo arrastraron. "Se quedaron con todos mi material, la boya, el fusil..., porque yo me solté y me sumergí", afirmó, para añadir que en ese momento volvió a escuchar el motor de la lancha "a unos metros". "Al emerger, aún seguían con amenazas, pero pude ponerme a salvo en unas rocas", prosiguió ante la juez.

La versión del chico fue refrendada por su padre, que estaba en la playa, y también por un pescador. Ambos vieron desde lo lejos como una embarcación iba "directamente hacia la boya", que era la referencia que tenían de Marcos. Días después, la víctima fue al puerto de Panxón para tratar de averiguar cuál era el barco que lo había acosado y vio en la cubierta de uno de ellos tanto la boya como el fusil que él llevaba aquél día, proporcionando los datos a la Guardia Civil. Como consecuencia de estos hechos, relató la forense, el joven sufrió "estrés agudo" debido a la tensión vivida, lo que le causó por ejemplo insomnio.

Frente a la postura de la fiscal, que además de prisión solicita que el acusado indemnice con 1.300 euros al buzo la defensa pide la absolución. Alegó, entre otros motivos, que en el puerto de Panxón hay muchos barcos parecidos y que la descripción física que la víctima dio de los marineros no coincide con su cliente. Ve "desmesurada" la petición de cárcel que realiza la acusación.