La crispación e indignación de los jueces y los restantes cuerpos profesionales de la Justicia por las tasas y las demás reformas impulsadas por el ministro Alberto Ruiz Gallardón alcanzó ayer su punto más álgido en Vigo. Tras meses de movilizaciones, magistrados, fiscales, secretarios, abogados, procuradores y funcionarios secundaron un paro de una hora y volvieron a salir a la calle, con el importante matiz de que esta vez lo hicieron por primera vez todos juntos. Y en un contexto más caldeado que nunca, consecuencia de las polémicas declaraciones de Gallardón, quien además de asegurar que no dará marcha atrás en sus medidas, acusó a jueces y fiscales de corporativistas, de movilizarse en defensa de sus intereses e incluso afirmó que los magistrados le pidieron las tasas para financiarse un plan de pensiones. Unas palabras a las que la judicatura viguesa dio una inmediata réplica. El juez decano, Germán Serrano, dejó patente que los jueces están "muy indignados" por las manifestaciones del ministro, que tildó de "lamentables". "La protesta no es por la paga extra ni por los días de asuntos propios, nada de eso sale en ninguno de nuestros comunicados de reivindicaciones; decir que la movilización es por eso es faltar a la verdad, porque no es cierto", añadió el decano, quien, como otros jueces, no participó en la manifestación en la calle, pero sí en una concentración que una veintena de estos profesionales, junto a tres fiscales, hicieron en la sala de juntas judicial.

Los tribunales de toda España pararon ayer durante una hora -entre las 12.00 y las 13.00 horas- en lo que fue una clara muestra del rechazo de la judicatura a las políticas de Gallardón, entre ellas el tasazo y la privatización del Registro Civil. En Galicia, el seguimiento fue masivo, pero fue en Vigo donde se vivió la manifestación más multitudinaria, al reunir a más de 700 personas. Abogados, procuradores, secretarios judiciales, funcionarios, forenses y sindicatos, junto a ciudadanos y representantes políticos, se concentraron ante los juzgados y después salieron en manifestación por calle Coruña hasta la plaza de América, cortando el tráfico. Se corearon consignas que pedían la dimisión del ministro. Al menos una decena de jueces participaron en la concentración en la calle antes de unirse a su propio acto en la sala de juntas y algunos fueron a la manifestación, entre ellos una magistrada de la Audiencia, una de Familia y un juez laboral. La presencia más discreta en la protesta fue la de los fiscales, con apenas media decena de representantes del Ministerio Público que salieron a la calle y después fueron a la junta de los jueces.

En la concentración, en la que se recabaron firmas de rechazo a las tasas, se vieron togas, pegatinas reivindicativas e incluso hubo gaitas que amenizaron la marcha. El rechazo a las reformas en marcha unía a todos los asistentes. El decano del Colegio de Abogados, Alfonso Álvarez Gándara, destacó la unidad de profesionales y ciudadanos contra las medidas del ministro, del que dijo que sus políticas "son equivocadas". El representante de los procuradores, Manuel Castells, lamentó también la actitud de Gallardón: "Resulta claro que no tiene ninguna intención de minorar las tasas". Y el resto de profesionales se manifestaron en similares términos. Mercedes Porrit, una de las letradas que se movilizó desde un primer momento contra el tasazo, destacó sobre todo los numerosos ciudadanos que ayer se unieron a la judicatura en esta movilización. "Las manifestaciones del ministro son indignantes, pero no vamos a parar y confiamos en que la presión social sirva de algo", dijo.

Mientras en la calle había esta manifestación, la mayoría de jueces que secundaron la protesta se fueron uniendo a la reunión en la sala de juntas, entre ellos varios de la Audiencia e incluso dos magistradas de Pontevedra. Las declaraciones de Gallardón indignaron a este colectivo. "No protestamos por la paga extra; nuestras reivindicaciones son otras, como la retirada de la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, la exigencia de unas tasas moderadas que no limiten el acceso de los ciudadanos a la Justicia...", afirmó el juez decano, mostrando como muestra de ello el comunicado con las reivindicaciones de la Comisión Interasociativa, colectivo que reúne a las asociaciones de magistrados y fiscales y que no descarta convocar una huelga si el ministerio no rectifica.

En el resto de Galicia y de España también hubo un rechazo a las palabras del ministro. Entre los numerosos cargos judiciales que se manifestaron estuvo el presidente del TSXG, Miguel Ángel Cadenas, que mostró su desacuerdo con Gallardón: "Es responsable de sus propias palabras". Y asociaciones judiciales como Jueces para la Democracia o Foro Judicial Independiente señalaron que el ministro ha "perdido los papeles" y le exigieron disculpas públicas.

Y es que lejos de calmar los ánimos tras sus polémicas palabras de la víspera, el ministro siguió ayer echando leña al fuego al insistir de nuevo en que los jueces están "disgustados" por perder la paga extra y añadir que gobernar, "a veces, es repartir dolor", en relación a algunas de sus reformas. Fue más allá, al asegurar incluso que fueron los jueces quiénes le pidieron que se implantaran nuevas tasas para financiarles un plan de pensiones, una idea que él rechazó, agregó, optando en cambio por utilizar la recaudación para "financiar la justicia gratuita". Su partido salió en defensa de Gallardón encendiendo más la polémica al afirmar que gracias a las tasas judiciales "las personas con mayor poder adquisitivo facilitarán la justicia gratuita a los que poseen menos recursos", escribió el dirigente del PP, Carlos Floriano, en un comentario en Twitter.

Y el expresidente del Gobierno, José María Aznar, señaló que aunque no está de acuerdo con la orientación de la reforma, ahora toca ajustar en el sector público. El vicepresidente de la Xunta Alfonso Rueda pidió al ministro diálogo tras las protestas "unánimes".