La falta de espacio es uno de los problemas más acuciantes de los juzgados vigueses, algo que provoca que los pleitos saturen las salas y que se intente exprimir cualquier hueco para ganar lugares donde poder almacenarlos. La última medida para combatir esta situación fue realizar una reestructuración y profunda limpieza de los archivos judiciales. Y la Xunta acaba de conceder las estanterías que habían sido solicitadas para ubicar en los pasillos que quedaron libres de papeles y viejos muebles. Pero ante la asfixiante carencia de espacio, incluso unas librerías valen su peso en oro: en total, se recibieron más de 70 metros de estanterías, pero éstas deberán ser compartidas por una veintena de juzgados, por lo que el decanato realizará un riguroso reparto de las mismas para que ninguna sala se quede sin hueco donde almacenar expedientes.

Las estanterías se colocaron en un largo pasillo y en otra estancia del archivo del edificio viejo de los juzgados. Pero el espacio está muy disputado, porque se destinará a apilar viejos expedientes que ya datan de los años 70 que estaban tirados en el suelo y también a archivar pleitos de la veintena de salas ubicadas en ese inmueble. Además de trece juzgados de Primera Instancia y del Registro Civil, hay cinco tribunales de lo Social y otro de lo Mercantil. Algunos secretarios ya se interesaron por el espacio, pero el decanato procederá antes a realizar un reparto equilibrado para que ningún juzgado se quede sin sitio. "Las estanterías se repartirán por juzgados y se dará más espacio a los tribunales de más reciente creación, que hasta ahora no tenían sitio en el archivo", explicó el juez decano, Germán Serrano. Entre los juzgados más nuevos se encuentran por ejemplo el Juzgado de Primera Instancia número 14 y el Mercantil. Este último, ubicado en el ático, ya había tenido precisamente que demandar más estanterías dado el volumen de expedientes que acumulaban.

Las estanterías no solucionarán el problema existente. "Son muy necesarias, pero no llegan para guardar todos los pleitos que necesitan ser archivados", afirman fuentes judiciales. Y es que la falta de espacio, que se agudiza con el paso del tiempo mientras el proyecto de la Cidade da Xustiza sigue paralizado, provoca situaciones como que los expedientes se apilen en los pasillos de los juzgados a la vista de cualquier persona o que alguna sala tuviese que llegar a guardar hasta en el baño las pruebas incautadas en delitos.

Además de la limpieza de los archivos y de solicitarse estas estanterías, otras medidas que se plantearon desde el decanato fue pedir a la Xunta que acondicionase dos pequeñas estancias, en esta caso del edificio nuevo, para archivar los pleitos que también saturan las salas penales. Otro pequeño hueco de ese mismo inmueble fue reformado para ubicar un local sindical que está destinado al personal laboral y para el que no había sitio en ningún otro lugar. Todas estas son soluciones in extremis que ya se han convertido en habituales en los juzgados de la calle Lalín.