Objetivo conseguido. El niño vigués Álex Guntín Álvarez, de 5 años de edad, que padece parálisis cerebral desde su nacimiento, recibirá la cantidad de 2.500 euros, el equivalente a la recogida de diez toneladas de tapones de plástico realizada por el Banco de Tapones del Baixo Miño. La compra de este material está asegurada por la empresa porriñesa Reserplas.

La madre de Álex, Vanesa Álvarez, agradece tanta solidaridad "este año, gracias a la generosidad de la gente, mi hijo mejoró muchísimo. No podría hacerlo de otra forma por nuestra falta de recursos, pues cada hora de terapia supone una media de 40 euros de coste. Agradezco al Banco de Tapones del Baixo Miño por arrancar su iniciativa con mi hijo. Por nuestra parte, mi familia va a seguir taponeando", asegura.

Recuerda cuando creó la página "Ayúdanos a caminar" que dio a conocer la situación y necesidades de su hijo a través de Internet. Desde entonces, gracias a las aportaciones conseguidas a través de internautas pudieron operar al pequeño que ahora tiene 5 años y después tratarle con terapias que le ayudan a avanzar y mejorar. Vanesa recuerda también cuando, hace poco, miembros del Banco de Tapones acudieron a su casa y "vieron cómo vivíamos. Saben que mi marido está en paro. Su iniciativa es preciosa, porque no sólo ayudan a nuestro hijo, sino que apoyarán a más causas. ¿Qué más se puede pedir?".

La familia, con otras dos hijas, sobrevive con el subsidio de desempleo que percibe el padre y el de la libre dependencia del niño.

La terapia que recibe Álex (fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, estimulación visual y otras) cuesta unos 2.000 euros al mes, incluidos desplazamientos.

El próximo día 27 de octubre el pequeño tiene que desplazarse a un centro médico madrileño para que los especialistas valoren su estado actual y la posibilidad de una nueva intervención, siempre con el objetivo de seguir mejorando. Después vendría un nuevo tratamiento..... Un camino que la familia está dispuesta a recorrer, pero que sólo podrá ser realidad si sigue vivo el apoyo altruista que reciben a través de las redes sociales, de personas de los más diversos lugares.

El Banco de Tapones del Baixo Miño se ha quitado una gran preocupación de encima, después de saber con seguridad que el fruto del trabajo de tantos voluntarios tendrá un comprador fijo y cercano.

El gerente de la empresa porriñesa Reserplas, Joaquín Pérez Prado, un día después de haber cerrado esta gestión, explicó que "conocí el caso leyendo FARO DE VIGO y pensé que no hacía falta que los voluntarios del Banco de Tapones negociasen con otras empresas de Levante, cuando la mía está tan cerca y puedo ayudar a un buen fin".

En efecto, Jesús Pazo, miembro del Banco de Tapones del Baixo Miño, confirmó la buena nueva que se materializaba el pasado jueves, después de una visita de miembros del colectivo a las instalaciones de la empresa, situada en Atios (O Porriño).

"Nos comprará todos los tapones de plástico que podamos recoger. Las diez toneladas destinadas a la causa de Álex, nos las pagará a 250 euros cada una. Así recaudaremos 2.500 euros".

Calcula que conseguirán reunir las 10 toneladas a finales de este mes, siempre con colaboración de personas voluntarias, también a través de la red, que depositan los tapones en diversos puntos de recogida.

En estos momentos tienen unas seis toneladas y hoy sábado hay trabajo extra, pues continuarán con la labor de selección en su sede, situada en el piso superior de la plaza de abastos de Goián, cedido por el Concello. El trabajo está justificado, pues hay que retirar los materiales que no sean plástico.

Esperan que a la llamada hecha para hoy acuda el número necesario de personas voluntarias para avanzar eficazmente en la tarea empezada.

La suerte les va de cara porque en estos últimos días también han conseguido el transporte de las bolsas a través de un voluntario que aporta su camión para este fin.

Pero su labor no ha hecho más que empezar, ya que en cuanto cierren la campaña dedicada a Álex, comenzarán con otras, sin marcarse límite. El compromiso de Joaquín Pérez Prado les respalda. El empresario porriñés que les ha sacado de penas se dedica al tratamiento de residuos plásticos industriales y residuos sólidos urbanos. Como él mismo ha explicado, realiza primero una clasificación del material que pasa a máquinas que trituran un total de 1.000 kilos por hora. Otra opción es el granceado, con fundición en bolas, lo que da un valor añadido de calidad. La utilidad es variada y abarca desde el sector de la automoción, eléctrico, construcción, bolsas de basura y tuberías, entre otros. Es un ejemplo de reciclaje y también de ayuda.