Cuando un turista quiere orientarse en Dublín el punto de referencia es el Spire, una "aguja" de 120 metros de acero inoxidable visible desde cualquier punto de la capital. Vigo tiene desde ayer su propio titán metálico. A las tres y media de la tarde tocaba el embarcadero de Guixar la grúa Super Post Panamax adquirida por la firma Grupo Davila, un guindaste de 112 metros que -además de brindar su espectacular silueta a los muelles- sitúa a Vigo como el puerto más preparado para el tráfico de contenedores de Galicia. Gracias a su tamaño se podrá servir a los mayores buques con un ahorro de tiempo inalcanzable ahora. De Gibraltar a Le Havre (Francia), en el Atlántico solo se encuentran ingenios similares en Sines.

Lo sorprendente de sus dimensiones -el mayor edificio de la ciudad, el Hospital Xeral, mide 75 metros- es solo equiparable a cómo entró en el puerto. A las once de la mañana la barcaza Wagenborg 9, en la que surcó las aguas del Mar del Norte y el Atlántico durante ocho días en compañía de otras tres grúas gemelas con rumbo a Tenerife, irrumpía en la ría. El espectáculo de los cuatro guindaste con las Cíes de fondo era visible minutos después. En su desfile por el litoral acompañaban al Eide Wreseler, el navío que empujó el pontón desde Ámsterdam, tres remolcadores. Siete técnicos de la empresa Altius -filial del Grupo Davila- a bordo y otros tres en tierra se encargaban de coordinar las tareas. Ya en la terminal de contenedores, Termavi, el reto consistió en orientar la barcaza para facilitar el desembarque de la grúa.

"Salió todo francamente bien", explica Álvaro Molina, responsable de Altius. Su atención se centra ahora en el laborioso trabajo de retirar los anclajes y refuerzos de acero que fijan el guindaste al pontón. "Cada grúa lleva cerca de 82 toneladas de acero, entre refuerzos interiores y los que la sujetan a la base", añade Molina. Ayer por la tarde la compañía se encargó de prepararlo todo para empezar hoy el desmontaje de las sujeciones. El objetivo: desembarcar la grúa el lunes. "Esperamos hacerlo entre las 12.00 y las 14.00 horas porque es cuando la marea nos da el grado de inclinación que necesitamos", zanja.

La empresa recurrirá al mismo mecanismo que le permitió cargarlas en Ámsterdam. Trabajará con pasarelas y unos carros que trasladen la máquina hasta los rieles del muelle. Mientras, los técnicos jugarán con un sistema de lastre para evitar que al perder el peso de la grúa -cada una alcanza las 1.365 toneladas- se descompense la barcaza. Por último los carros remolcadores se subirán al pontón para acompañar a las otras tres Super Post Panamax a la terminal de Tenerife.

Una vez en tierra la grúa se trasladará a la zona de Vulcano, donde permanecerá mientras no se finalicen las obras del Arenal. Para facilitar su desplazamiento por la terminal, la Autoridad Portuaria ha tenido que adaptar las guías a las dimensiones colosales del guindaste. "Se moverá a lo largo de todo el muelle", explica el responsable portuario, Ignacio López-Chaves, quien ayer saludaba el "salto cualitativo" que supone para Vigo disponer de una Super Post Panamax. "Permitirá ahorrar muchísimo tiempo en maniobras, que es precisamente lo que demandan las navieras", anota.