La única sinfónica que existe en la ciudad se llama Orquesta Vigo 430 y sobrevive gracias a la actividad prácticamente altruista de sus 55 músicos. Nacida en el año 2005, jamás ha recibido ninguna ayuda de la Xunta, sin embargo, este año recupera una subvención de 40.000 euros del Concello que les permitirá remunerar de manera casi simbólica a los instrumentistas y estrenar por vez primera temporada de abono con el doble de actuaciones (el miércoles 26 será el primer concierto en el Auditorio Martín Códax). Paralelamente, acaba de debutar su sección joven con músicos de toda Galicia con el objetivo de que funcione como su propia cantera. "Con el 1% del dinero que la Xunta otorga a la Orquesta Sinfónica de Galicia y Real Filharmonía nosotros haríamos milagros", dice al respecto su director musical, el sevillano Alejandro Garrido, mientras que la responsable de vientos, Julia Estévez, lamenta que "siempre se discrimina al sur".

Así, frente a los 4 millones de euros que les cuestan estas dos formaciones a las arcas gallegas, la Vigo 430 se ve obligada a autofinanciarse con la recaudación de taquilla y a no remunerar a sus 55 componentes. "Este año, gracias a la subvención municipal, podremos pagarles una cantidad simbólica: si por 6 días de ensayos intensivos y un concierto un músico profesional cobra como mínimo 500 euros, nosotros no sé ni si podremos llegar a 100", reconoce Javier Escobar, su director artístico. Por todo ello, la propuesta de Roberto Relova, edil del PP y profesor del Conservatorio Superior, de crear una orquesta joven en la ciudad promovida desde el Concello cayó como un jarro de agua fría en la Vigo 430. "Nosotros ya lo somos, la media de edad es de entre 25 y 30 años, y acabamos de crear otra más joven entre 13 y 21, no sé por qué se nos ignora", responde molesto Escobar. "El material ya está aquí y funciona", corrobora Garrido, quien aspira a que se conviertan en la orquesta oficial de Vigo, "una institucionalización así nos abriría aun más a la sociedad viguesa", razona.

La historia de la Vigo 430 es casi un milagro solo entendible desde la voluntad y pasión musical de sus integrantes, con los dos directores -artístico y musical- como principales impulsores. La casualidad hizo que ambos coincidiesen en la Joven Orquesta Nacional de España y que una década después se volviesen a encontrar en Vigo en un curso de viola organizado por Javier Escobar, ya entonces profesor en el Conservatorio Profesional. Esto supuso el aldabonazo para crear un núcleo de cuerda de calidad que se fue ampliando hasta poder alcanzar en 2008 el repertorio sinfónico. "La idea era que las dos grandes orquestas de Galicia apenas tienen instrumentistas gallegos en sus filas, y nosotros queríamos darles cabida debido al gran nivel existente", explica Javier. Este espíritu cuajó entre músicos profesionales del área de Vigo o estudiantes de últimos años, que se unieron sin percibir ningún salario -el propio director artístico vive en Sevilla y tampoco cobra-. "Siempre me gustó tocar en orquesta y en Vigo no existía ningún proyecto profesional equiparable a este", comenta la violonchelista Isabel Figueroa, profesora también en el Conservatorio Profesional al igual que la responsable de vientos, la flautista Julia Estévez.

Su modo de funcionar, siempre por proyectos independientes, es también peculiar y aseguran que le imprime un sello de especial frescura y calidad a su música. "Ante un concierto, nos juntamos una semana antes para ensayar de forma intensiva y en cada ocasión invitamos a freelances para completar la orquesta o vienen reputados solistas". Esta libertad, total ausencia de rutinas, y completa autonomía para elegir el repertorio, aseguran que es la clave para que artistas de primer nivel como el violinista Gordan Nikolic se hayan sumado a uno de sus conciertos altruistamente. "Es un milagro, la única explicación es que merece la pena y que hay que apostar", dice Escobar,. "Son artistas de primer nivel, reconocidos mundialmente, pero no se valora a la 430", critica Julia Estévez. Sin ir más lejos, Julia Gállego, una de las flautistas españolas más reputadas internacionalmente, será la solista invitada para estrenar el miércoles el primer concierto de la temporada, que será en el auditorio Martín Códax del Conservatorio Superior. "El recinto es maravilloso pero muchas veces se queda pequeño, nos gustaría ir a los escenarios más emblemáticos de la ciudad pero no nos invitan", dice Escobar.

El ansia de dar cabida a más músicos les llevó a crear este año una sección joven con 35 alumnos de toda Galicia. "Lo hicimos pensando en los chicos del conservatorio de aquí, pero la sorpresa es que vinieron a las pruebas de selección incluso alumnos de Cedeira, Ferrol o Lugo", comentan. Para desarrollar esta iniciativa, que pretende funcionar como cantera de la 430, recurrieron a sus fondos logrados en la taquilla. La semana pasada debutaron en la iglesia María Auxiliadora y la próxima cita se tendrá que posponer hasta que vuelvan a tener capacidad económica.