Correos y trabajadores ya trabajan sobre una propuesta de acuerdo que de cerrarse hoy pondría fin a más de un mes de paros en la central de Plaza de Compostela. En el maratoriano encuentro de ayer entre la empresa y los sindicatos ambos quedaron emplazados a una nueva reunión esta mañana con el compromiso por parte de Correos de que responderá al planteamiento formulado por los trabajadores. Este pasa porque acepte la supresión de no más de 8 puestos de cartero en la Alameda, en lugar de los 13 decididos por la compañía guiándose por una metodología que mide la carga de trabajo de todas las dependencias postales de España. En caso de que la compañía acepte, contrataría personal extra para que la llegada de correspondencia en la Unidad de Reparto 1, que cubre el centro de la ciudad y su corazón financiero, quede normalizada en el plazo máximo de una semana.

Con la de hoy será la sexta reunión entre Correos y sindicatos. Al finalizar la celebrada ayer, que duró más de cinco horas, la empresa emitió un comunicado en el que sin mostrar ningún optimismo garantiza su "disposición al diálogo para intentar normalizar la actividad" en las oficinas de Plaza de Compostela. Además, la dirección de Correos considera "necesario" que las organizaciones sindicales "hagan un ejercicio de responsabilidad para no mantener una huelga cuyos principales perjudicados son los ciudadanos y las empresas".

Dentro del Comité de Huelga hay tantas esperanzas como recelos de que el conflicto finalice por fin hoy. Todos coinciden en que del viernes pasado hasta ayer "hay un cambio de talante", si bien persiste la desconfianza de que la empresa intente ganar tiempo para evitar la huelga general a partir del día 23 en toda la ciudad.

Antonio García, portavoz de CIG, esperaba "mucho más" de la empresa. Confía en que "entre en razón", sin embargo, expresa abiertamente sus dudas: "El único avance es que se comprometió a estudiar nuestras peticiones. Pero para mí es como un quiero y no puedo; por un lado, quiero que dejes la huelga, y por otro, no puedo darte lo que me pides". Suso Lijó, de la CGT, prefirió no entrar en los detalles de lo negociado en la reunión de ayer si bien admitió que "algo se mueve", lo que significa que a su juicio ahora se dan las circunstancias para pensar que el final de los paros está cerca.

En caso de que fracase el encuentro de hoy, una parte del Comité de Huelga se propone convencer al resto de "no retrasar ni un minuto más" la solicitud de huelga general en toda la ciudad a partir del día 23. La compañía postal es consciente de que las consecuencias de ese paro serían desastrosas. Desde el inicio de las movilizaciones el pasado 4 de junio, el correo sin repartir acumulado en la sede de Plaza de Compostela supera el millón y medio de objetos, según los sindicatos, y aproximadamente medio millón, según la empresa.

En este sentido, la empresa reitera en su comunicado los mismos argumentos que hasta ahora sobre los motivos del conflicto. "Se originó por una reorganización en la Unidad de Reparto 1 que solo pretende adecuar los recursos al volumen real de envíos, que ha descendido un 34%", alega. Y de nuevo recalca que esa medida "no ha supuesto ningún despido y solo repercute en cuatro trabajadores de los 192 que componen el personal de reparto en la ciudad de Vigo que sigue trabajando en la misma unidad. La reorganización consiste en redistribuir el número de calles asignadas a cada cartero, con una carga de trabajo equilibrada y que no implica ningún cambio en su jornada laboral".

Los empresarios siguen muy pendientes del final del conflicto

Empresarios como los del puerto pesquero de O Berbés llevan más de un mes sin apenas correspondencia. Por esta razón están "muy pendientes" del conflicto que mantienen los trabajadores de la sede postal de Plaza de Compostela con la dirección de Correos. En una reunión celebrada la semana pasada, los portavoces de la Asociación de Comercializadores de Pescado (Acopevi) y de la Federación de Usuarios del Puerto (FUP) exigieron a los directivos de Correos "un esfuerzo por el diálogo" . Y parece ser que la presión ejercida por estas asociaciones surtió efecto. Porque antes del encuentro con estos empresarios, la compañía postal negaba que la incidencia de los paros fuera tan importante. Y de hecho hasta logró convencer al presidente de la patronal, José Manuel Fernández Alvariño, que llegó a afirmar en un comunicado que el servicio de reparto ya estaba "normalizado".