La primera jornada de huelga celebrada ayer en la central de Correos de la ciudad dejó sin repartir 40.000 envíos. Los paros continuarán de manera indefinida hasta que la dirección del organismo postal "rectifique el drástico recorte" de personal en la sede de la Plaza de Compostela. La advertencia sindical se produce después de que la plantilla de 52 personas se redujese un 25%, situándose en 39 trabajadores, "un personal incapaz de asumir el reparto postal en el corazón de la ciudad", denuncian los sindicatos.

Al menos hasta ayer, la dirección de Correos no se había dirigido a los representantes de los trabajadores, por lo que todo hace prever que el conflicto se prolongará varios días más. Y las consecuencias podrían ser fatales. El reparto en la central de la Alameda se divide en cuatro distritos en los que viven cerca de 170.000 personas. UGT y CIG subrayan que en estos distritos "se concentra el sector financiero, pesquero y marítimo", dejando entrever que la movilización contra el recorte de la plantilla acabará afectando también a la actividad económica.

Que en el primer día de paro la central de Correos ya acumule 40.000 envíos –25.000 cartas, 13.000 impresos y 2.000 sobres sin clasificar– da una idea de las cajas con cartas e impresos que acabarán amontonándose al final de la semana. Y eso que la huelga "solo" dura cuatro horas, ya que comienza a las siete de la mañana y concluye a las 11.15 horas. Tal vez por ello los responsables del servicio postal en la ciudad hayan prohibido el acceso de los fotógrafos al interior de las instalaciones, e incluso desde los sindicatos afirman que la filtración de imágenes sobre el reparto acumulado podría acabar en despido.

"No hay despidos, sino que desaparecen los puestos de trabajo. La empresa razona el recorte porque dice que la actividad postal bajó mucho. Y es cierto, pero aun así, estamos hablando del corazón económico de la ciudad y los 52 empleados buena falta hacían", explica Blanco, de la CIG.

El "tijeretazo", al Congreso

El "tijeretazo" en la plantilla de la central de Correos de Vigo ya llegó al Congreso de los Diputados. La diputada del BNG, Olaia Fernández Davila, registró ayer una iniciativa parlamentaria en la que demanda al Gobierno central que "dé marcha atrás". Davila argumenta su petición en la "merma en la calidad de servicio" que supondrá la eliminación de 13 puestos de trabajo. "No se entiende esta decisión porque las consecuencias son nefastas en todos los sentidos", afirma. Además avisa de que "no se garantizará el reparto diario de correspondencia como ya está sucediendo en distintas zonas del rural".

Davila apunta en su pregunta una cuestión que preocupa mucho a los sindicatos. Estos temen que la reducción de plantilla en la Plaza de Compostela podría extenderse a otras unidades de reparto. "No tenemos pruebas ni indicios, pero sospechamos que esta medida no acaba en la central", confiesan.