Por fin la primavera venció al duro invierno, y con temperaturas propias del verano. De esta esperada victoria fueron testigos multitud de personas que ayer por la tarde abarrotaron la Praza da Constitución durante la representación teatral de la popular Festa dos Maios, que ya superó su 30ª edición en el Casco Vello.

Más de un centenar de vecinos de todas las edades, ataviados con ropas blancas y motivos florales, participaron en la victoria de la primavera, encarnada en Paula Peña, y del "maio", al que dio vida Adrián Carreira. Este joven del casco histórico ganó al invierno, fielmente interpretado por Félix de la Rosa.

Aparte del "maio" del Casco Vello, que ornamentaba la farola central de la Praza da Constitución, la celebración contó con otros cinco "maios" invitados: el de la Escuela Municipal de Música Folk y Tradicional (e-TRAD), el de Deleite (asociación en defensa de la lactancia materna), el de Agarimar (asociación de madres y padres), el del furancho A Balsa de Matamá y el del grupo Imán. Este último colectivo dedicó su "maio" al rechazo a la homofobia, en la que centró su copla, que tampoco obvió que el ansiado albergue está funcionando.

La tradicional fiesta que da la bienvenida a la primavera contó este año con la participación de más niños que en ediciones anteriores, según destaca la organización. "Es una de las fiestas más bonitas de Vigo. Vine siempre, y ahora también traigo al niño", comenta Xaime, vigués asiduo a este festejo.

Los más pequeños fueron los más involucrados en la expulsión del invierno, que pese a sus feroces y tenebrosas carcajadas, no logró amedrentar a los niños. "¡Fuera, fuera!", le gritaban al unísono.

Tras la puesta en escena de los "maios", llegó el momento de la representación, que iba narrando el grupo Fiandola con coplas, acompañadas de instrumentos tradicionales. El "maio" se adentró en la plaza a hombros de varios campesinos para derrotar al invierno, y con él al frío, al viento y a la lluvia. Luego le tocó el turno a la primavera, recibida por el público con pétalos de flores.

La danza de las cintas que interpretaron los niños fue uno de los momentos de mayor ovación. Después de todas las actuaciones, la primavera y el "maio" se juntaron para finalizar la celebración con un baile. Entre los asistentes, cada uno buscó una pareja para poder acompañar a los protagonistas al son de la música.

Ayer la Praza da Constitución retrocedió en el tiempo para revivir una manifestación agraria a través de la que la gente del campo celebraba el trabajo de recogida de los frutos en la primavera, representada en el "maio", que tiene una base de elementos vegetales.