No corean consignas ni enarbolan banderas, pero ya están inmersos en tres jornadas de protesta ininterrumpida y silenciosa. Estudiantes universitarios, convocados por la Liga Estudiantil Galega, iniciaron un encierro en la biblioteca de Torrecedeira el domingo por la noche para mostrar su rechazo a la subida de las tasas de las matrículas anunciada por el Gobierno central y para resucitar una reivindicación histórica: disponer de salas de estudio abiertas las 24 horas del día en período de exámenes.

Para evitar que la Universidad pusiera los medios necesarios para evitar la ocupación de la biblioteca fuera de su horario de apertura, un grupo de quince jóvenes de la Liga Estudiantil lo iniciaron "por sorpresa" al negarse a abandonar la sala el domingo a las 22.00 horas. Otros estudiantes que presenciaron la escena decidieron sumarse. Alrededor de 30 personas, según la organización, aguantaron allí toda la noche. Unos, estudiando y otros, durmiendo, provistos de sacos y agrupando varias sillas. Los participantes aseguran que recibieron un trato amable tanto de la conserje que debía cerrar la sala a las 22.00 horas, como del empleado de seguridad que la Universidad desplazó a las instalaciones al conocer la noticia.

En la madrugada de hoy –la biblioteca cierra a las 3.00 horas a partir de esta semana–, los convocantes esperaban un mayor seguimiento, tras extenderse la noticia por el campus vigués. La reclusión finalizará el jueves, cuando toda la comunidad educativa está llamada a participar en una jornada de huelga contra los recortes anunciados en la enseñanza pública.

El colectivo sostiene que, con medidas como la subida aplicada a las tasas de matriculación, el Gobierno provocará un "estrangulamiento económico sobre el estudiantado" que repercutirá de forma negativa en "el papel de redistribución social que debería jugar la Universidad".

Hacia la institución universitaria viguesa dirigen otra reclamación: disponer de bibliotecas las 24 horas del día para preparar los exámenes, que ya han empezado. Beatriz Fariña explica que, al tener clases de mañana y de tarde con el plan Bolonia, solo les queda la noche para estudiar. Denuncia también que los puestos de las bibliotecas resultan escasos y opina que con un horario más amplio la gente se podría repartir mejor.

La Universidad de Vigo explica que la Liga Estudiantil no transmitió esta petición a la institución en ningún momento, por lo que no ha podido abordarla para ofrecer una solución.