El Juzgado de lo Contencioso número 1 de la ciudad ha desestimado el recurso presentado por el Puerto en 2010 contra la paralización de las obras de la fuente cibernética proyectada en la terminal de cableros. El titular de la sala avala en la sentencia, de la que ha tenido conocimiento este periódico a través de fuentes portuarias, la decisión del Concello de precintar la actuación por carecer de licencia, y concluye que el Puerto sí estaba obligado a obtener el permiso municipal por no tratarse de una obra "estrictamente portuaria".

Las empresas contratadas por el Puerto empezaron el trabajo el 6 de febrero de 2010 y llegaron a demoler gran parte de la antigua nave de cableros, de dos plantas con 3.100 metros cuadrados cada una. La Gerencia de Urbanismo decretó la paralización la mañana siguiente, y la Policía Local ejecutó el precinto tres días después. El fallo judicial indica que, aunque la Ley de Puertos del Estado establece que determinadas obras en dominio público no requieren de licencia, éste no es el caso de la fuente cibernética, ya que no se trata de una intervención estrictamente portuaria. El Estado no puede suplir la competencia urbanística, ya que es una obra vinculada a "equipamientos recreativos".

El juez había ordenado levantar el precinto temporalmente a petición del Puerto, entonces presidido por Corina Porro, pero solo para retirar los escombros acumulados ante el riesgo que representaban para la seguridad. También se detiene la resolución judicial en el derribo, que igualmente necesitaría de licencia del Concello. El Plan Especial del Puerto establece que la antigua nave de cableros era una edificación "consolidada", lo que equivalía a su reconocimiento y determinaba "el deber de su conservación". Cualquier proyecto de supresión estaba sometido a la autorización municipal, puesto que "suponía la desaparición de una construcción que el plan contemplaba".

La demolición del edificio y posterior construcción de la fuente multimedia precisaba del visto bueno del Ayuntamiento, pero aunque no fuese el caso el Puerto habría necesitado un informe municipal en el que se acreditase que la obra se acomodaba al planeamiento urbanístico. El juez señala que no consta ni solicitud de licencia de derribo "ni siquiera la petición del informe".

Bajo la nave hay seis grandes fosos que se utilizaban para el almacenamiento del cable. Estos se conservarían para convertirse en estanques de la futura fuente multimedia. Tras retirarse los escombros la zona fue adecentada para evitar la mala imagen que presentaba a vigueses y cruceristas, pero aún sigue vallada.