Podría decirse que Camilo Veiga Prego dedicó su vida a la familia, el trabajo, el Mercantil y la ópera, con extensión a todo tipo de música, preferentemente de la llamada culta.

Camilo Veiga era, como recuerda su hija Lita, "una persona extraordinariamente afable, con muy buen carácter, sociable, culto y muy trabajador. Le gustaba la lectura, el cine y los viajes y era un gran conversador. En casa teníamos una buena biblioteca, muy variada".

Recuerda Lita que siendo unos niños, durante la segunda Guerra Mundial, su padre "extendía en la mesa del comedor un gran mapa desde Europa y nos iba explicando la situación, comparando los frentes de batalla con las guerras napoleónicas" y en una ocasión al llegar a casa de noche, después de trabajar, "levantó a toda la familia para ver la aurora boreal".

Aunque comenzó su vida laboral muy joven, trabajando con su padrino como representante, hacia 1937/38 ingresaría en la conservera Massó, "donde fue toda una institución". llegando a ser director comercial y apoderado.

Las reuniones familiares, "fueran en Navidades o por algunas celebraciones, siempre acababan con música. Éramos siete hermanos y en cuanto empezaron a añadirse yernos y nueras casi se podía hacer un coro. Tenía una voz muy bonita y su padre ya cantaba muy bien. Desde muy pequeño a veces nos llevaba a la ópera, en alguna ocasión andando desde Bouzas hasta el García Barbón".

La ópera

Porque Camilo Veiga fue desde 1957 presidente y fundador de la Asociación de Amigos de la Ópera. Gracias a ello puede Vigo vanagloriarse de ser de las pocas poblaciones españolas que contaron con grandes manifestaciones líricas de alta cultura artística y social. Todos los años en el mes de agosto se celebraban Festivales de Ópera, integrados en los Festivales de España y con el apoyo del Ayuntamiento de la ciudad.

En algunos casos para las actuaciones de compañías de ópera, se aprovechaba su paso por Vigo cuando venían a embarcar para hacer la temporada americana, o bien al regreso, pero en otras ocasiones se las contrataba directamente para los festivales.

El Mercantil

En orden social, Camilo Veiga ha desempeñado diversos cargos directivos en Sociedades de la ciudad. "Siempre estuvo implicado en alguna y antes que en el Mercantil, formó parte de la Oliva y el centro de Hijos de Vigo".

Pero con el Mercantil tuvo "una especie de simbiosis. pues fue su presidente más duradero, y estuvo 22 años al frente de la sociedad".

En su libro dedicado al Mercantil, José Carlos Espinosa señala de él que fue "indiscutiblemente la gran figura entre todos los presidentes de la sociedad . Fue reelegido ocho veces y ha sido su presidente más duradero". En la hemeroteca se pueden encontrar muchos calificativos elogiosos referentes a don Camilo. Entre ellos, "sabio conductor, gran capitán, gran artífice, amigo fiel y leal y valeroso ciudadano, mecenas de la cultura, patriarca de la ciudad... Destaca también que fue uno de los más populares y queridos personajes de Vigo".

Amplió, renovó y modernizó la Sociedad, "que de su mano alcanzó su mayor rango e influencia, convirtiéndola en una de las más grandes de España".

Su obra más destacada fue la creación de la Ciudad Deportiva en 1975 "pero llevó también a cabo una extraordinaria y eficaz labor en el más amplio campo de la cultura, pues en el llamado salón regio se celebraban los actos culturales más importantes de la ciudad".

Bajo su presidencia, el Mercantil recibió la Medalla de Oro de la ciudad y la medalla de Plata al Mérito Deportivo. En 1966 y coincidiendo con las bodas de diamante, "tuvo el acierto de incorporar a la Coral Casablanca, pero dedicó también especial atención a la música folklórica apoyando al grupo Lembranzas Galegas y organizando todos los años en Vigo los Concursos Regionales de Gaitas y en 1968 el Festival del Mundo Celta, con grupos bretones y gallegos. Multiplicó por tres el número de socios y la biblioteca llegó a los 10.000 volúmenes".

Nació en Vigo en 1905, en el barrio marinero de O Berbés, cuna y corazón de la ciudad. Realizó sus estudios de la Carrera de Perito y Profesor Mercantil en la Escuela Profesional de Comercio de Vigo y en la de Altos Estudios Mercantiles de La Coruña. Desde muy joven estuvo vinculado al Comercio y a la Industria, actuando muchas veces de asesor y gozando de gran estima, consideración y prestigio.

Ocupó en la fábrica de conservas Massó Hermanos el alto cargo de director comercial y apoderado general.

Tuvo siete hijos, de los que ya fallecieron tres, entre ellos los dos mayores; y 23 nietos de los que llegó a conocer a 22 y 27 biznietos.

A lo largo de su vida recibió numerosas distinciones y reconocimientos. En 1980 instalaron un busto suyo en la Ciudad Deportiva y en 1983 el Concello le dedicó una calle en Bouzas.