El 23 de abril de 1927, sábado, tuvo lugar la solemne apertura del Gran teatro García Barbón que, según la crónica de FARO, resultó "verdaderamente de gala. En ella le fue presentado al público el magno coliseo, unánime asentimiento en su esplendor, con el debut de la primera compañía de operetas española, primera en categoría, que dirige Ramón Peña".

La bella y amplia sala "se llenó en absoluto. Lo más selecto de la buena sociedad viguesa ocupaba las butacas y los palcos, y las localidades altas se hallaban también totalmente ocupadas".

A la viva luz, "con innúmeras mujeres bonitas, luciendo espléndidas toallas, la suntuosa sala deslumbraba. Los vigueses que la veían por vez primera, sentían el orgullo legítimo de que su pueblo contase con tan fastuoso coliseo. Y los aplausos a Palacios, el genial arquitecto creador y a la familia Oya, que supo realizar el proyecto de Palacios, latían en todos los labios".

También se elogiaba con verdadero entusiasmo "al empresario, señor Méndez Laserna, que con arrestos ejemplares toma el cargo de ser quien dirija los cultos a Talía en su nuevo y grandioso templo".

Se alza el telón "entre inmensa expectación del público y aparecen en |a escena la banda del regimiento de Murcia y un coro gallego numerosísimo. Banda y orquesta, blanden los compases de la Marcha Real española,que el público escucha en pie y rubrica con una salva de aplausos al terminar. Luego la misma banda, la orquesta y el coro, éste bajo la batuta del maestro don Santos Rodríguez Gómez, lanzan al aire los compases solemnes del Himno Gallego. El público vuelve a levantarse y escucha las estrofas del simbólico himno, aplaudiéndolas con tanto ahínco que el telón vuelve a ser alzado para que por segunda vez vibren en la sala las notas solemnes.

Acto seguido empezó "la representación de la opereta Madame de Pompadour. Ramón Peña, en su papel de Galicot, el panfletista, el turiferario que acomete duramente a Madame Pompadour, se revela una vez más el cómico completo, dueño de sí, pleno de facultades y de conocimientos. Consuelo Hidalgo está soberanamente bien. Es la Madame Pompadour que el autor veía al trazar el libro. El gran talento de la notable actriz vence las dificultades con naturalidad que asombra. Su gracia llena la escena. Puesta a cantar luce gentilmente sus facultades y su aplicación".

Todos los demás "admirables, haciendo un conjunto perfecto. Los coros muy bien y la orquesta sin pero, pese a la rapidez con que ha tenido que ensayar la obra". Para todos tuvo la concurrencia "las más calurosas ovaciones un conjunto perfecto. En su inauguración ha logrado el García Barbón un éxito franco, decisivo".

Habla Palacios

Un día antes, "y para satisfacer la natural curiosidad del pueblo vigués". FARO publicaba una amplia entrevista con el arquitecto, Antonio Palacios que señalaba que "en las fachadas de granito, construidas con la admirable piedra del monte de la Sierra, en Castrelos, se emplearon 5.100 metros cúbicos. Pero como esta cifra no da idea a los profanos en la construcción de su volumen, diremos que si se colocasen, juntos, todos los carros necesarios para su transporte, serían, aproximadamente, 8.500, ocuparían en una carretera la longitud de 35 kilómetros, esto es, una distancia como la que existe entre Vigo y Pontevedra".

Sobre el teatro manifestaba que era uno de los más amplios, espléndidos e importantes de España. Tan solo cuatro o cinco centros de espectáculos de nuestro país podrían resistir su comparación.

La Sala tiene una planta, "casi circular, de 18 metros de diámetro, medida por la parte interior de la platea, y de 37 metros de ancho total, comprendidas la localidad, circundante y las galerías. La medida total desde el fondo de la sala al escenario es de 32 metros. Y la altura, de 20 metros, medida en el punto medio de la rampa de butacas".