El uso de los bolardos en el Casco Vello vuelve al punto de origen. El Concello acordó ayer retomar el uso habitual de los pivotes que desde hace años restringen el paso de vehículos a la zona histórica de la ciudad. Tras las críticas que despertó la decisión de desactivar las barreras, el edil de Movilidad, Carlos López Font, mantuvo una entrevista con representantes vecinales y del comercio y la hostelería del barrio para conocer sus propuestas. El acuerdo alcanzado fue que el sistema de postes se mantendrá "como hasta ahora", si bien el Concello revisará el horario de carga y descarga para ajustarlo a las necesidades de los negocios.

"Todos han reconocido que el sistema funciona bien y por ello los bolardos continuarán como hasta ahora", avanza el alcalde, Abel Caballero, que achaca el malestar generado por la medida a "una confusión". Ayer por la tarde ya había dado orden de que los pivotes volviesen a activarse para restringir el acceso de coches al barrio histórico. Sobre la reclamación de los vecinos para que se agilice su uso y facilitar así el tránsito en casos de urgencias o servicios puntuales a residentes, Caballero recuerda que "el tiempo de respuesta está siendo de 10 segundos". En la actualidad las barreras cuentan con pantallas que permiten contactar con la Policía Local para solicitar su anulación y franquear el paso. "No hay objeciones relevantes sobre este tema", concluye el regidor.

Residentes y negocios daban por buena la solución acordado ayer con el Concello. El presidente de la asociación vecinal, Cándido Pérez, explica que "propusimos algunas ideas para que se hagan excepciones en el uso de los bolardos, como las ambulancias o algunos usos puntuales". Una de las posibilidades planteadas en la entrevista con Font fue la de avisar a la Comisaría municipal por "correo electrónico o llamadas telefónicas" en los casos en que fuese necesario anular los postes. En la misma línea la portavoz de los comerciantes y hosteleros del barrio, Itos Domínguez, apunta la posibilidad de abrir el tránsito para "mudanzas o servicios de paquetería". "Con las ambulancias y los taxistas ya no hay ningún problema", apostilla.

Entre las modificaciones que ayer planteaba Domínguez está la de ampliar el horario de carga y descarga de los camiones de reparto. "Vamos a solicitar dos horas más, ahora mismo los camiones solo pueden circular de ocho a once de la mañana y nos estamos perdiendo unas horas valiosas", apunta esta hostelera, que no descarta solicitar que el período autorizado se amplíe hasta la una de la tarde. Desde el Concello, Caballero ofrece su voluntad de "ser flexibles" y avanza que "si quieren más tiempo no habrá ningún problema".

En lo que coinciden Concello y usuarios del centro histórico es en la necesidad de preservar su carácter peatonal. "Es uno de los grandes atractivos del barrio", reflexiona Pérez desde la sede de la asociación vecinal, quien reitera que la zona "no puede abandonar las restricciones al tráfico". De opinión similar, la portavoz de los comerciantes reconoce que "la policía no puede estar siempre controlando el barrio" –la anulación de los bolardos la noche del miércoles se tradujo en un mayor control para evitar la libre circulación– y habla del "descontrol" que conllevaría la afluencia de coches. "El tráfico en la zona no puede ser discrecional", zanja Caballero.