La franja de 50 metros de ancho en la que se prohíbe edificar a ambos lados del segundo cinturón ocasiona importantes trastornos en la macrourbanización residencial de Navia y el polígono industrial de O Caramuxo, situado al sur del vial. El Concello solicitará al Ministerio de Fomento que reduzca la línea en un tramo de un kilómetro y medio, ya que doce torres de pisos de construcción reciente –entre ellos uno de los dos bloques que suman 384 viviendas promovidos por la Xunta– y ocho naves han quedado fuera de ordenación. Son legales, pero su situación provoca inconvenientes a los propietarios, entre otras cuestiones para obtener permisos de obra –solo pueden concederse para actuaciones de mantenimiento– e impide posibles ampliaciones en el caso de las empresas.

Además, la afección se extiende en el mismo tramo del vial por tres solares sin urbanizar en Navia, dos de ellos residenciales y el otro docente, junto a dos parcelas del polígono industrial, en la parte sur de la circunvalación, con proyectos de urbanización aprobados y licencias en trámite. Ninguna puede concederse con la actual línea de edificación de la carretera (denominada VG-20), según confirman fuentes de Urbanismo. El trecho en el que se pide la reducción de anchura hasta liberar las edificaciones ya construidas y las zonas por urbanizar previstas en el Plan Xeral va desde la rotonda de Ricardo Mella a la altura de los bloques de la Xunta hasta la confluencia con el Lagares.

La creación del polígono de O Caramuxo fue aprobada en 1974, mucho antes de que se construyese la circunvalación, y allí están asentadas numerosas industrias. Ocho de ellas se sitúan dentro de la franja de 50 metros. Quedan dos ámbitos pendientes de desarrollar, ambos recogidos en el Plan Xeral de 1993 e incorporados al de 2008, actualmente en vigor. Uno de los proyectos de urbanización fue paralizado por el Ministerio de Fomento cuando iban a comenzar las obras El otro tampoco puede desarrollarse por ahora. El propietario de una de las parcelas en O Caramuxo envió una carta en febrero de 2010 al Concello en la que manifiesta la imposibilidad "de hacer efectivo el aprovechamiento urbanístico que le reconoce el vigente PXOM y la obtención de licencia para la construcción de una nave con almacén en tramitación", según reza el informe elaborado por los técnicos de Urbanismo que sirve de base a la petición al Ministerio de Fomento.

En el polígono residencial de Navia, una actuación pública de vivienda protegida iniciada también antes que el proyecto de construcción de la VG-20 –ésta fue puesta en servicio en junio de 2006, una década después de aprobarse la macrourbanización–, se han edificado más de 3.700 viviendas, pero quedan aún fases por ejecutar. Dos de los solares afectados por la servidumbre son residenciales, mientras que el otro afectado se destina a equipamiento docente. La Xunta presentó hace unos meses en el Concello el plan para desarrollar las últimas fases del polígono de Navia, que al término de las obras contará con más de 4.500 viviendas.

Origen del problema

El problema se produjo al clasificarse el vial como autovía, lo que estableció la línea sin edificar en 50 metros e "invadió" una amplia franja ya urbanizada y también las susodichas áreas por desarrollar. El Concello ya solicitó en agosto de 2009 a Fomento la reducción de la anchura en un tramo de dos kilómetros, pero el informe de la Unidad de Carreteras de Pontevedra fue desfavorable. Ahora, tras mantener contactos con técnicos del departamento estatal se han hecho reajustes en la propuesta, que pasa mañana por el consejo de la Gerencia de Urbanismo, y la situación está en vías de corregirse según las citadas fuentes. En el expediente se avisa de los "graves perjuicios patrimoniales y sociales" que ocasiona la situación actual.

El tramo hasta Bouzas tiene una anchura sin edificar muy inferior

Uno de los argumentos del Concello para solicitar la reducción de la línea sin edificar es que el tramo del primer cinturón desde Bouzas hasta la rotonda de Ricardo Mella –donde conecta con la segunda circunvalación– está considerado como red arterial y no como autovía, quedando fijada la franja con 15 metros de anchura a cada lado. La propuesta municipal establece para el trecho de 1,5 kilómetros que quiere modificar diferentes reducciones. En la urbanización de Navia la línea pasaría por las traseras de las edificaciones existentes y de las que faltan por desarrollar. Al sur de la VG-20, donde está el polígono, en un tramo se retranquearía la línea lo suficiente para crear un carril de incorporación hacia el primer cinturón, y se mantendría en el suelo industrial la afección asignada a Ricardo Mella.