La crisis ha traído más trabajo a la Biblioteca Central, que atiende al doble de usuarios que hace solo tres años y con menos personal que entonces. Una foto carné y un impreso dan acceso a 122.538 documentos, entre libros, revistas, tebeos, películas, documentales, CDs de música... Un sinfín de posibilidades, todas ellas gratuitas, y que no se quedan ahí: la hemeroteca ofrece un amplio abanico de 156 publicaciones (entre ellas la prensa diaria), existe wi-fi en todo el edificio, disponen también sala de estudio e infantil y se organizan talleres de cómic, clubes de lectura, visitas guiadas... El resultado directo es que desde el año 2009, coincidiendo con el inicio de la crisis, han duplicado el número de socios, pasando de 11.305 a 22.250. La media actual indica que cada día que permanece abierta se dan de alta 14 usuarios nuevos. De ellos, 2.506 son menores de 14 años.

"Es un servicio público y gratuito, así que se ha convertido en la mejor alternativa para ahorrar: da acceso a actividades de ocio o a formación", explica su directora, Rosa Díaz. Luchi Acuña refleja fielmente las estadísticas de la Biblioteca Central y las razones de semejante aumento en el número de usuarios: "Hace dos años me hice socia porque la crisis me afectó personalmente y ya no me podía permitir comprar libros constantemente, así que este es un servicio maravilloso y que funciona estupendamente", explica.

Cada día se realizan una media de 766 préstamos, sumando 195.469 en el año 2011 (de ellos 55.304 pertenecen la sala infantil, que solo abre por las tardes y los sábados por la mañana). Estas cifras corroboran también las palabras de la directora, que considera a sus socios especialmente activos. "Los que se sacan el carné lo hacen para utilizarlo muy asiduamente, no es gente que lo haga y que se olvide". Así se explican casos como los de Isabel Crego, que conoce a todos los funcionarios por su nombre, no en vano esta mujer de 81 años dedica cada mañana tres horas a las consultas en la hemeroteca. "Leo siempre la prensa y luego voy turnando, un día novelas, otro día revistas del corazón... Así desde hace seis años", explica. Muy cerca de ella está Ana Gallego, que aprovecha el wi-fi gratis y las revistas especializadas en salud. "Desde que me vine a Vigo, hace dos años, acudo casi a diario a la biblioteca", comenta la malagueña.

Aunque como Isabel y Ana mucha gente va puntualmente cada día –entre 1.200 y 1.500 personas–, los lunes y los viernes son los de más afluencia junto a los sábados (las cuatro horas que permanece abierta por la mañana). Además, realizan visitas de escolares para que conozcan el funcionamiento de la entidad: solo entre octubre de 2011 y enero de 2012 recibieron 1.000 niños de entre 2 y 13 años.

El aumento masivo del número de socios no ha venido acompañado de más personal ni de mayor presupuesto. De hecho, la Biblioteca Central ha visto mermada su plantilla desde 2011, pasando de 26 a 23 trabajadores al no reponer al Concello a los funcionarios que se han jubilado o trasladado (la entidad está gestionada entre la Xunta y el ayuntamiento: 18 plazas son cubiertas por la administración autonómica y las otras ocho corresponden al Concello).

La consecuencia se ha hecho notar en la hemeroteca, que desde octubre ya no puede abrir por las tardes. Por otro lado, desde inicios de año el Ministerio de Cultura ha dejado de enviar cien publicaciones entre revistas y periódicos. "A mayores, nosotros pagamos la suscripción a otras 56 publicaciones, pero ahora tendremos que asumir nosotros algunas de ellas debido al gran interés que tienen", recalca Rosa, quien considera que atraviesan en este sentido "muy malos momentos", pero que, a pesar de todo, tratan de "dar respuestas a los socios".