Por minúsculo, Adrián Alvarellos y Pablo Cons forman parte de un colectivo que no refleja ninguna estadística oficial. A la vista de que la bolsa de 5,3 millones de parados que saturan las oficinas de empleo españolas ofrece pocas perspectivas de encontrar trabajo, estos dos amigos de O Calvario han decidido tirar de sueños pospuestos y emprender la "utopía" de su vida: dar la vuelta al mundo. En dos días se trasladarán a Madrid para tomar un avión en Barajas rumbo a Brasil. Por delante, 12 meses de viajes que les llevarán por 32 países de Sudamérica, Centro América, América del Norte, Sureste Asiático, Extremo Oriente u Oceanía. "Es una experiencia casi espiritual", confiesa Adrián.

La idea de recorrer el mundo empezó a sobrevolar sus cabezas en 2009. "Surgió exactamente como te lo puedes imaginar: medio en broma medio en verdad", recuerda Adrián, quien apunta que poco a poco la propuesta fue tomando cuerpo hasta convertirse en un proyecto plausible. "El primer año lo invertimos en ir avanzando para que fuese algo seguro. A partir de ahí, los dos años siguientes los empleamos en comprar los billetes y concretarlo todo", anota. De por medio, tanto Adrián –vigilante de seguridad– como Pablo –profesor–, realizaron trabajos esporádicos. Ahora ninguno de los dos se plantea abortar el viaje ni por el mejor de los empleos.

La aventura les exigirá tiempo pero también una dosis doble de valentía. Adrián explica que el viernes despegarán desde Barajas con 16 billetes de avión en las manos, un itinerario perfectamente estudiado y la confianza en que los flecos del viaje se vayan cerrando sobre la marcha. En Brasil, por ejemplo, pernoctarán en casa de unos conocidos. De allí viajarán a San Salvador de Bahía, donde también conocen a gente. A continuación seguirán hacia México y EE UU, país donde pretenden hacer la Ruta 66. La residencia en algunos de esos destinos ya la tienen apalabrada a través del CouchSurfing, un servicio vía Internet que les permite contactar con gente de diferentes nacionalidades para encontrar alojamiento. En total invertirán una media de 12.000 euros por cabeza, "los ahorros de mi vida", confiesa Adrián.

"Cuando dimos la noticia en casa la recibieron con incredulidad... pero poco a poco lo van asimilando", comenta uno de los aventureros entre risas. Argumentos para convencer no les faltan. "Este es el sueño de nuestras vidas y cuando lo vimos al alcance de nuestras manos no dudamos en hacerlo realidad", anota Adrián, un "altermundista" que se confiesa entusiasmado por "conocer". "¿Nuestra motivación? Ganas de aprender y vivir una experiencia única". No se van solos. Adrián y Pablo cuentan con la experiencia de otros amigos que emprendieron una aventura similar hace cuatro años e incluso la de otro joven vigués que se encuentra todavía en ruta. "No sabemos en qué punto del mundo, pero confiamos en encontrarnos con él", concluye Adrián.