El ruido va a peor, según constató el Valedor do Cidadán en su reciente estudio sobre el grado de satisfacción de los vigueses con la urbe en la que viven y trabajan. Y el problema se deja notar sobre todo en los locales de copas y otros establecimientos vinculados al ocio nocturno como restaurantes, mesones y cafeterías. Los datos del Concello así lo acreditan. Desde 2010, según un informe del departamento municipal de Medio Ambiente –que tramita los expedientes relacionados con la contaminación acústica– se impusieron casi un centenar de denuncias por exceso de ruido a este tipo de negocios. Diecinueve de ellos están en calles protegidas con la categoría de Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), donde existen restricciones especiales y está prohibida la apertura de nuevos locales nocturnos. La cuantía de las sanciones suma 24.500 euros. Las más bajas son de 600, y la más elevada, en la calle Inés Pérez de Ceta, de 2.500. Los puntos son los clásicos de la noche viguesa: Areal, Casco Vello y Churruca.

El Ayuntamiento tramita expedientes por incumplir la normativa sobre ruido en negocios de todo tipo, desde industrias cuya actividad supera los niveles acústicos permitidos, a panaderías, pubs, discotecas o bares. El grueso de las denuncias está relacionado con el ocio nocturno. En estos dos años se registraron 152 –85 de ellas en 2010 y 75 en 2011, indica la estadística municipal–, y dos tercios afectan a locales de copas. Se han resuelto 42 expedientes a diversos tipos de establecimientos, y la mitad está en calles con la categoría de ZAS.

El estudio del Valedor, Luis Espada, además de poner al descubierto las principales virtudes y problemas que ven los vigueses en su ciudad, los compara con su percepción de las mismas en 2007. De los 2.000 encuestados en su trabajo, casi la mitad (el 49%) declara que el ruido se ha agravado. Ese mismo año existía un fuerte movimiento social por los excesos acústicos en locales de copas de las zonas clásicas de la movida. Estas protestas derivaron en la aprobación de la norma sobre zonas ZAS, que fija restricciones en una treintena de calles.

La norma está en vigor desde el año 2008, pero los problemas, pese a los controles policiales, persisten, y la percepción ciudadana como atestigua el informe del Valedor es más negativa.

Zonas saturadas

El Concello da preferencia a las actuaciones en zonas saturadas. Existe un protocolo que agiliza los procedimientos sancionadores en las 30 calles incluidas en el listado de ZAS. Fuentes municipales señalan que Medio Ambiente y Policía Local trabajan "en estrecha colaboración" especialmente en estos ámbitos. El de Areal, donde más incidió la Asociación viguesa contra el Ruido para demandar medidas contra la contaminación acústica, sigue estando a la cabeza del listado. Existen tres sanciones ya resueltas de locales en República Argentina (ambas de 1.500 euros), dos en Roupeiro (de 600 y 1.500 respectivamente), otras tantas en Areal (600 y 1.500), una en Serafín Avendaño (600), y otra en Inés Pérez de Ceta, la más elevada con 2.500.

Churruca le sigue con multas impuestas en Rogelio Abalde (2.000 euros), Martín Códax (una de 1.500 y otra de 2.000) y Alfonso XIII (1.500), Hay otros dos expedientes a punto de resolverse en este mismo entorno, uno de ellos de un local en Gravina y otro en Alfonso XIII.

Además el Concello ha multado a los dueños de un restaurante situado en la Plaza de Compostela y una cafetería en Santiago de Vigo (en ambos casos con 600 euros), un mesón en Urzáiz (1.500) y un restaurante en Montero Ríos (también 1.500 euros).