El proyecto de la estación del AVE en Vigo puede no ser el único que caiga o sufra cambios de los que puso en marcha el anterior Gobierno en las ciudades gallegas. El conselleiro de Infraestructuras, Agustín Hernández, anunció ayer que la Xunta pedirá al Ministerio de Fomento que haga "un análisis riguroso" sobre los diseños elegidos para Santiago y Ourense con el fin de comprobar si son "viables y realistas". Ambos concursos fueron fallados el pasado 12 de diciembre, en los últimos días del Ejecutivo saliente. Hernández considera necesario examinar a fondo los proyectos porque "los planteamientos tienen que ser realistas para evitar frustraciones por posibles problemas financieros". La Xunta quiere además garantizar la intermodalidad de las infraestructuras, de modo que combinen las instalaciones de transporte ferroviario con terminales de autobuses en el mismo complejo. "No se nos tuvo en cuenta para esas estaciones a pesar de nuestras peticiones", lamentó el conselleiro.

El concurso para la construcción y explotación de la estación de Vigo, que diseñó el arquitecto norteamericano Thom Mayne y tendría un coste de 181 millones, quedó desierto tras la renuncia de las dos multinacionales interesadas, como adelantó FARO. Ambas avisaron en octubre de que el negocio no era sostenible y hace unas semanas formalizaron su retirada. La ministra Ana Pastor ya ha anunciado que se hará un "replanteamiento global" de la estación tras constatarse que "el mercado no tiene interés en concurrir". La estación de Mayne no incluía la terminal de buses, y quedaba reservado un espacio para incorporarla. Hernández criticó ayer que Fomento y el Concello llevasen adelante el proyecto sin la participación de la Xunta. "Tenemos que garantizar la intermodalidad y el transporte público metropolitano", comentó.

Vías soterradas

En Ourense la redacción del proyecto fue adjudicada al estudio del británico Norman Foster –en concurrencia con G.O.C. y Juan Carlos Cabanelas– por cuatro millones. La infraestructura está presupuestada en algo más de 67 millones. Incluye la creación de una plaza abierta y la unión de dos barrios (A Ponte y O Vinteún) ahora separados por las vías del tren. El PP defiende una entrada de las vías del AVE en Ourense bajo tierra, un acceso que no prevé la estación en superficie de Foster, aunque el arquitecto mantiene que es posible adaptarla. Los populares en el Congreso han manifestado que Fomento haría un estudio de viabilidad para conocer si es posible la entrada subterránea con el modelo seleccionado y el diputado Celso Delgado ya anticipó al anunciarlo que se modificarían las características de la estación. Al igual que en Vigo el diseño, –denominado "Las Burgas 11-11-11"–, no contempla la terminal intermodal, cuestión que reprueba la Xunta. Pese a que se firmaron convenios para que las estaciones del AVE incluyesen las de buses, la Administración autonómica –que se ocupa de las últimas instalaciones citadas– no participó en el proceso ni en Vigo ni en Santiago ni en Ourense pese a sus solicitudes a los anteriores responsables de Fomento.

El PP de Santiago, que ahora gobierna la ciudad, fue muy crítico con el concurso de la futura estación compostelana y el alcalde Gerardo Conde Roa reclamó al anterior Ejecutivo estatal, ya después de las Elecciones Generales, que no adjudicase la obra al ejercer en funciones. El concurso sin embargo fue fallado el mismo día que el de Ourense. El proyecto ganador, denominado "Plaza-Balcón-Puerta" es obra de Herreros Arquitectos. El edificio sustituiría a la actual estación, lo que provocó un rechazo frontal del regidor local, que defiende su conservación por el valor histórico. Sobre la nueva infraestructura, de grandes ventanales acristalados, se crearía un parque a la altura de O Hórreo, calle a la que quedaría conectada. Dadas las circunstancias, al igual que en Ourense, parece probable que se produzcan cambios. Aún más cuando Adif no ha ratificado la adjudicación y ahora la Xunta pide que se examinen a fondo los diseños para comprobar su viabilidad y funcionalidad.

Por ahora no se han puesto en tela de juicio las estaciones de A Coruña y Lugo. El proyecto de la primera fue adjudicado hace unos meses al estudio del arquitecto pontevedrés César Portela, y la infraestructura está presupuestada en un coste incluso superior al diseño de Thom Mayne para Vigo (asciende a 182 millones). La segunda fase de la actuación incluye la construcción de un centro comercial, oficinas y un hotel. En cuanto a Lugo, la empresa Eptisa se encargará de diseñar la infraestructura ferroviaria, con un presupuesto mucho más moderado, de 13 millones de euros.