La Autoridad Portuaria cuenta con la aprobación del Concello para vallar el edificio del paseo de As Avenidas castigado por las pintadas de los vándalos y ocupado por varios indigentes. El proyecto, que contempla la construcción de un perímetro acristalado y que fue propuesto por el presidente del Puerto, Ignacio López Chaves, tiene ya el visto bueno de Urbanismo. "Se le va a dar licencia", aseguran fuentes oficiales del gobierno local.

Aunque ambas administraciones comparten la necesidad de reformar este céntrico y turístico espacio que forma parte del proyecto "Abrir Vigo al Mar" galardonado con un Premio Nacional de Arquitectura, su ejecución todavía tendrá que salvar un obstáculo para evitar infringir el Plan Especial del Puerto. "La intención es cerrarlo en su totalidad con un perímetro de cristal retráctil y ampliar la concesión para que la cafetería sea mayor o incluso se haga un restaurante. Pero dentro del Plan Especial se recoge que esta estructura es un pórtico de acceso a los jardines, lo que podría obligarnos a mantener abierto un pasillo y crear dos bloques independientes en lugar de uno", explica López-Chaves.

Desde el Concello admiten la existencia de este "problema", aunque le restan importancia. "Es cierto que hay que analizar cómo ejecutar el vallado para respetar la legalidad, pero a priori parece un tema menor. Se hablará con la empresa que lo ejecute para ver qué solución tiene. En todo caso, la voluntad del Concello es la de otorgarle licencia para ejecutar la obra", insisten desde el gobierno local.

Una vez que la Autoridad Portuaria y Concello resuelvan cómo cercar el inmueble, el Puerto deberá reformular la concesión de la cafetería que se ubica actualmente en este espacio. "Ya le hemos trasladado la intención de crear un espacio mayor para que sea todo cafetería o restaurante. Lo están ya estudiando y, en cuanto tengamos una respuesta firme, tanto del Concello como de la empresa, ejecutaremos la obra", explica el titular portuario.

La intención de la Autoridad Portuaria es que la empresa concesionaria de este nuevo espacio se ocupe también del mantenimiento y limpieza de la estructura. De hecho, las discrepancias entre los diferentes gobiernos locales y la Autoridad Portuaria durante los últimos años por la falta de acuerdo sobre quién tenía la competencia de mantener en buenas condiciones este espacio provocó que el edificio se convirtiera en un mural de "pintadas" y también en el alojamiento habitual de varias personas "sin techo".