Por primera vez en once años el número de personas que abandona su residencia en Vigo es superior al de los nuevos vecinos que se instalan en la ciudad. Aunque este saldo negativo –inédito desde 1999– tiene su explicación en diferentes factores, todos ellos están relacionados con la crisis económica. Según los últimos datos publicados por el Instituto Galego de Estadística (IGE), el año pasado fijaron su residencia en el municipio vigués 7.674 personas frente a las 8.101 que se fueron. Con una diferencia de 427 entre el número de emigrantes y de inmigrantes –a otras localidades, comunidades autónomas o países–, Vigo lidera en Galicia los saldos migratorios negativos, que, junto con la mayor urbe gallega, solo registran Ferrol (-355) y Ourense (-300).

Atendiendo a los residentes vigueses que se mudaron a otros lugares, las estadísticas reflejan un incremento significativo en los traslados a lugares fuera de la frontera española. "Es consecuencia del escaso tejido productivo de Galicia que acoja a jóvenes bien formados. Los universitarios están emigrando a otras ciudades de España, especialmente Madrid y Barcelona, y también al extranjero, donde tienen mejores ofertas laborales y mayores oportunidades de crecimiento profesional", explica el sociólogo Benxamín Porto.

Este experto de la Universidad de Vigo también atribuye a los extranjeros retornados que la cifra de emigrantes –a otros países– se haya incrementado de 1.070 en 2009 a 1.306 en 2010 (un crecimiento del 22% en solo un año). Asociaciones de inmigrantes de la ciudad agregan que "hay muchas personas que regresan a sus países de origen y otras que abandonan España para probar suerte en otros estados europeos".

Pese al importante crecimiento de la emigración externa, la interna –la que se produce dentro de Galicia– continúa siendo más numerosa. El ejercicio pasado cambiaron su residencia a otros municipios gallegos 4.736 habitantes de Vigo, una cifra muy similar a la de años anteriores. Sin embargo, al desglosar más los datos, se observa un aumento notable en los traslados a otras comarcas de la provincia de Pontevedra, pasando de 1.697 personas a 1.804 de un año a otro. "El 73% de la emigración interna son movimientos de corto alcance, o lo que es lo mismo, dentro de la provincia (3.475 de 4.736). En los últimos años familias jóvenes con recursos limitados han migrado a ciertos pueblos del entorno interior, como Ponteareas, Salvaterra, etc. por la menor inversión para comprar vivienda comparando el coste que tiene en Vigo", explica Porto. El IGE no contabiliza como comarca de Vigo estos concellos.

La emigración a la misma comarca (Baiona, Gondomar, Nigrán, Fornelos de Montes, Redondela, Pazos de Borbén, Soutomaior, Salceda, Porriño y Mos según el IGE) desciende ligeramente, de 1.699 traslados en 2009 a 1.671 en 2010, quizá porque las mudanzas a Val Miñor puedan haberse frenado. "El atractivo de esta zona es el espacio natural y su valor simbólico y significado de mayor calidad de vida", considera el sociólogo.

Hacia otras provincias de Galicia y a otras comunidades autónomas los cambios de domicilio también han descendido. El incremento se centra en los movimientos a otras comarcas de la misma provincia y al extranjero. El registro de emigrantes vigueses a otros países es el más elevado desde que existen estadísticas que recogen estos datos a nivel municipal (desde 2002 en el IGE).

Otras urbes gallegas

En cuanto a los movimientos migratorios de las siete principales ciudades de Galicia, solo Vigo, Ourense y Ferrol tuvieron el año pasado un saldo negativo, es decir, que se marcharon más personas del ayuntamiento de las que se instalaron en él. Para Benxamín Porto estos casos son bien diferentes. "Ferrol es una ciudad que viene perdiendo población desde hace años como consecuencia del declive de los astilleros", apunta. Este hecho se refleja en las estadísticas, pues las cifras negativas del concello ferrolano se vienen sucediendo todos los años al menos desde 1990 (primer año del que se recogen datos por ciudades).

Centrándonos en Vigo, el experto en sociología y movimientos demográficos argumenta que "es la primera cuidad industrial de Galicia, y por lo tanto el impacto de la crisis será mayor, especialmente sobre el desempleo". "Cuanto mayor sea la cifra de parados, mayor será la potencialidad migratoria", afirma Porto, quien considera que el saldo negativo de la ciudad olívica se ha producido por "la sinergia de varios factores". Primero por la migración hacia su "hinterland" comarcal y zonas del entorno, por la caída de sectores industriales tradicionales con motivo de la coyuntura económica y su impacto en el desempleo y el retorno de la población extranjera a sus países de origen.