La fórmula que ha pactado el Ministerio de Fomento con la concesionaria de la AP-9 para financiar la ampliacion de Rande y de la circunvalación de Santiago consiste en un aumento del peaje durante dos décadas a mayores de la actualización del IPC. El Real Decreto aprobado el viernes por el Consejo de Ministros, al que ha tenido acceso FARO, autoriza la firma de un convenio con Audasa por el que la empresa aporta los 350 millones –incluidos intereses– en que está estimado el coste de las obras y como compensación sube las tarifas un 1% anual de forma acumulativa durante veinte años de manera simultánea a las revisiones ordinarias. La medida afecta a todos los tramos desde Ferrol a Tui salvo los de pago indirecto, –los que no abonan los usuarios en circulación, sino las administraciones–. Así, quedan excluidos O Morrazo-Vigo y A Coruña-A Barcala. En los demás empezará a aplicarse a partir del 1 de enero del ejercicio siguiente al de autorización de la puesta en servicio de los nuevos viales.

El texto, aún por publicar en el Boletín Oficial del Estado, establece que "para resarcir a la sociedad concesionaria de las inversiones a realizar y de los mayores gastos que comporten las actuaciones y obligaciones asumidas se contempla con carácter extraordinario un incremento moderado de tarifas que se mantendrá en vigor hasta compensar la inversión en la ampliación, gastos de conservación y demás derivados". El convenio que se adjunta concreta la subida en un 1% durante dos décadas, de modo que la empresa iría recuperando la inversión a través de esta facturación extra. La subida sería acumulativa, con lo que ese porcentaje computa siempre respecto a las tarifas vigentes cada año que pase.

La concesionaria se encargaría de todo el proceso de licitación, adjudicación y construcción mediante un concurso público. Las obras se prolongarían durante 36 meses. El acuerdo puntualiza que "no estará obligada a formalizar la contratación [de las ampliaciones] hasta haber obtenido la financiación". La compañía paga "íntegramente" la actuación,incluidas las expropiaciones del suelo.

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CUERPO DE LA CAJA

El incremento se lemina si el beneficio de explotación crece más de un 8%

Audasa pretende obtener los fondos mediante la emisión de obligaciones bonificadas. El convenio incluye seguimiento del convenio y factores de corrección en función de la facturación. Así, si los beneficios se incrementan más de un 8% quedaría sin vigencia la subida del 1% en el peaje y se aplicaría solo el IPC.

El eje central de la ampliación entre el enlace de Cangas y el de Teis, –como se denomina en el Real Decreto y el convenio–, es el desdoblamiento de Rande mediante la construcción de dos tableros exteriores, uno por sentido, con un carril cada uno. No obstante, la obra incluye un trazado total de 5,9 kilómetros al prolongarse desde el enlace a O Morrazo hasta la bifurcación de la AP-9 entre el ramal hacia Vigo y la subida a Puxeiros. La financiación y la correspondiente compensación incluye el gasto que asume la empresa no solo en la construcción, sino en el posterior mantenimiento, del que se hará cargo al igual que del resto de la AP-9.

Lo mismo ocurre en la ampliación de Santiago. Esta mejora consiste en la construcción de terceros carriles entre la salida norte y la sur, además de completar el llamado enlace de Sigüeiro, al noreste de la ciudad, donde ahora solo es posible entrar en la autopista hacia A Coruña y salir de ella solo los vehículos que transitan en dirección norte. Con la obra se completarán las conexiones, lo que creará el tramo Santiago-Sigüeiro. El convenio indica que el precio de este peaje se estipulará antes de la puesta en servicio de los viales. Además la concesionaria redactará el proyecto de la conexión entre la AP-9 y la autovía que conecta Santiago con Lavacolla (A-54), si bien el convenio no incluye la construcción de la obra.

Una medida para solucionar "un problema que se agravará en el futuro"

El Real Decreto justifica el cambio en la concesión y el convenio en la pérdida de fluidez del tráfico en la AP-9 en Rande y la circunvalación de Santiago con el paso de los años al aumentar el número de usuarios. El tramo entre Pontevedra y Vigo se puso en marcha en 1981. "Debido al acortamiento de los tiempos de desplazamiento entre una y otra ciudad y de manera más importante al crecimiento residencial en la península de O Morrazo y consiguiente trasvase poblacional y laboral entre ella y Vigo que tal mejora indujo, se incrementó notablemente el tráfico mermando la funcionalidad de la autopista, problema que previsiblemente se agravará en el futuro", reza el texto legal.

El trayecto entre Pontevedra y Santiago se puso en marcha en 1988 y desde entonces se produjo "una situación similar" a la de Rande, apunta el Real Decreto, con lo que se producen atascos en horas punta en la circunvalación de la ciudad compostelana. Los flujos de tráfico, no obstante, son allí inferiores, ya que el tramo entre O Morrazo y Vigo es el de mayor tránsito de la Autopista del Atlántico, llegando a superar los 74.000 vehículos diarios en el mes de agosto, lo que lo ha colocado al borde del colapso. Un estudio del Concello de Vigo indica que la intensidad se ha reducido ligeramente con la crisis, pero se prevé un incremento cuando mejore la situación económica.