La próxima semana será de suma importancia para el futuro de la urbanización del Barrio do Cura, tanto desde el punto de vista de la prórroga de los créditos bancarios que hacen viable el proyecto como del de obtener permiso para la obra de demolición de los edificios que se encuentran en el ámbito. A tal efecto, la promotora Valery Karpin y Asociados, redactará una nueva memoria del proyecto, más actualizada que la que figura en la documentación que sirvió para solicitar la licencia de demolición y el desarrollo efectivo del proyecto de obra.

El objetivo es que la Comisión Provincial de Urbanismo, que decidió no autorizar el inicio del derribo de los inmuebles –el más importante es el del antiguo asilo de Pi y Margall aunque otra veintena de edificaciones pequeñas más–, pueda analizar la "auténtica realidad" de las construcciones que están incluidas ahora mismo en el ámbito de actuación del Barrio do Cura.

La decisión de la Comisión Provincial se adoptó en base, entre otros aspectos, a la documentación gráfica que contenía la memoria del proyecto de Alfonso Penela. Unas fotografías que "no han sido actualizadas desde hace años"– y que presentan un aspecto de los inmuebles que dista mucho del actual–. Por ese motivo ahora, tras evacuar consultas con técnicos municipales, se decide remitir de nuevo la memoria, "pero con fotos actualizadas, que representan el verdadero estado de los edificios, que en su mayoría son auténticamente marginales", señalan desde la empresa y también desde el propio Concello.

Una mayoría de esos inmuebles –a excepción de alguno de los que todavía está habitado– presentan un estado ruinoso o de abandono evidente. Incluso en la documentación actualizada se podría hacer mención al riesgo que supone su mantenimiento en pie "para la salud pública", cuestión que por sí sola ya avalaría la demolición.

Entre los informes gráficos que se remitirán figuran los que hacen referencia a los recientes incendios ocurridos en el interior del antiguo asilo, causados por la presencia en su interior de personas consideradas como "okupas" o con graves problemas de integración social. El último de ellos ocurrió ayer mismo por la tarde. De hecho, hace casi un año la promotora había procedido al vallado definitivo de la puerta lateral de acceso a esas instalaciones situada en la calle Poboadores, a fin de evitar que pudiesen entrar este tipo de personas.

Patrimonio Histórico, que ya había evaluado la zona en dos ocasiones anteriores , con motivo de la aprobación del Pepri del Casco Vello y posteriormente del Plan Xeral, adoptó su decisión también en base a que algunos de los edificios se encontrarían en la zona de protección lindante con el conjunto histórico del Casco Vello. Una circunstancia que ya el Concello, tras producirse la decisión de los miembros de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, matizó que no era así.

Tras la decisión denegatoria de Patrimonio, que no es todavía firme hasta que se produzca la comunicación oficial de la dirección xeral, se estimó que debería redactarse un plan especial en la zona para salvaguardar esos edificios que estarían supuestamente en zona a proteger. Un trámite que la promotora también estaría dispuesta a acometer, pero que retrasaría al menos un año el inicio de la obra de demolición tanto del antiguo asilo como del resto de las edificaciones próximas.

En la memoria actualizada también se incluirá el acuerdo de cesión con el Obispado de Tui-Vigo para conservar –en otro lugar– la fachada principal de la iglesia del asilo, aunque no haya obligación legal de hacerlo.

Mietnras, el Concello hará entrega mañana a la promotora de la certificación municipal de que la urbanización seguirá adelante. Un escrito que necesita la empresa para evitar tener que devolver los créditos bancarios con los que cerró la financiación del proyecto y que vencen a 31 de octubre.