La búsqueda de nuevos espacios en los edificios de la calle Lalín para aumentar el número de juzgados ha sido una prioridad para el juez decano desde que asumió el cargo. Germán Serrano defiende la Cidade da Xustiza como solución a largo plazo, pero también destaca que gracias al esfuerzo de todo el personal los tiempos de respuesta están siendo "razonables".

–¿Cuáles son las demandas más urgentes en Vigo?

–La comisión mixta entre la Xunta y el Tribunal Superior ha solicitado a Madrid el sexto juzgado de lo Social. Esa es nuestra necesidad más inmediata y esperamos también una plaza más de magistrado para la Sección Sexta de la Audiencia.

–¿Dónde se ubicará la nueva sala una vez que se conceda?

–Ahora mismo no hay espacio para nuevas dotaciones, pero también es cierto que aún no nos fue aprobado ningun órgano judicial para 2012. Si logramos la nueva sala de lo Social tenemos dos opciones: buscar alguna solución imaginativa como hacemos siempre o, en caso de que se retrase, usar el espacio que deje el Registro Civil. Hay una tercera vía propuesta por la Xunta que es alquilar un local externo.

–¿Es factible esta solución desde el punto de vista operativo?

–Sería bastante incómodo, sobre todo para el ciudadano. Lo mejor es que los órganos judiciales se concentren en un único sitio y una sede externa sería poco funcional. Ahora mismo no lo veo planteable.

–En Vigo se han habilitado salas en pasillos, en los viejos calabozos,... ¿Se puede ofrecer así un buen servicio?

–La administración de justicia es uno de los tres pilares básicos del Estado de Derecho y exige sedes dignas. No se puede abrir una sala en cualquier sitio y a cualquier precio. Hasta ahora tanto para el Juzgado de lo Mercantil como el de Primera Instancia 14 se lograron emplazamientos bastante dignos gracias a la perspicacia de los arquitectos. Pero pese a todo defiendo que los juzgados de Vigo funcionan bien, tienen un tiempo razonable de respuesta y no hay ninguno colapsado. Y eso quiere decir que todo el personal está trabajando a tope y por encima de los niveles medios de cualquier ciudad.

–¿Cuál es su papel en esta continua reestructuración?

–Es un reto para mí intentar mantener unos niveles de calidad aceptables y es fundamental conseguirlo sobre todo por el bien de los ciudadanos. Lo que voy a defender siempre es que se pueda trabajar a gusto.

–Si el bloqueo del nuevo edificio se mantiene, ¿qué futuro espera al partido judicial vigués?

–No se pueden hacer predicciones con la crisis encima y con los cambios en la organización judicial y las modificaciones legislativas que se están impulsando. Es imposible adivinar qué sedes judiciales podrían venir para Vigo, pero está claro que llegará un momento en que los edificios no den más de sí. Ahora mismo hay una situación de precariedad real. Estamos habilitando pasillos y pequeños huecos y aguantamos con lo que hay, pero necesitamos la Cidade da Xustiza para seguir creciendo y dar un servicio de calidad.

–¿Qué margen ofrece el traslado del Registro Civil previsto para dentro de año y medio?

–Nos ofrece un colchón para dos o tres nuevos juzgados. Ocupa dos medias plantas en el sótano y en el primer nivel del edificio viejo, suficientes para tres nuevas salas o bien para dos y aprovechar el resto para ampliar el servicio de notificaciones y embargos en el que tenemos un gravísimo problema de espacio. Es el hueco que queda y no lo tendremos hasta dentro de dos años.