El 26 de septiembre de 1886 "a las cuatro y media de la tarde" tuvo lugar la fundación de la Escuela de Artes y Oficios. Presidió el acto el ex ministro de Fomento D. Eduardo Chao, "presidente honorario de la escuela y acompañábanle los señores don Augusto Barcena, presidente efectivo de aquel centro de enseñanza, y D. Manuel Diego Santos que lo es de la sociedad de socorros La Cooperativa, iniciadora de tan útil mejora para las clases trabajadoras".

A su lado se hallaban "los individuos de la junta directiva de La Cooperativa y el claustro de Profesores Sres. Urzaiz, Lafuente(D. Genaro), Carsi, Domínguez (D. Adolfo) Feijó, López, Fernández y una comisión del ayuntamiento".

La Escuela de Artes y Oficios tuvo su primera sede en la calle del Circo, hoy Eduardo Iglesias, número tres, un edificio propiedad de Augusto Bárcena, que construyó expresamente para sede de la Escuela, según hace constar José Hervada en su Historia de la Escuela de Artes y Oficios de Vigo.

Era un inmueble de una sola planta, y escaso para las necesidades del centro pues "el local donde se reúnen los profesores y en el que preparan sus lecciones, donde está la secretaría y la biblioteca, estaba antes dedicado al portero y tiene cuatro metros de ancho por tres de largo". El Ayuntamiento pagaba 1.875 al año de alquiler.

Abierta la sesión "comenzó el Sr. Santos recordando los trabajos llevados a cabo para la instalación de aquel centro y se felicitó del triunfo de tal propósito. El Sr. Chao pronunció un entusiasta discurso excitando a todas las clases de la sociedad que dejen aparte las mezquinas ruindades políticas y presten su apoyo a la escuela de Artes y Oficios a fin de obtener los resultados apetecibles".

Amenizó el acto "el sexteto que dirige el señor Alonso, que se prestó desinteresadamente a ello". Terminada la sesión, el público recorrió las instalaciones.

Desde varios días antes de la fundación del centro, se anunciaba la matrícula "para todos los que deseen ser inscritos, si han cumplido 14 años de edad, y acreditan tener la instrucción primaria elemental".

Se trataba de una enseñanza "eminentemente práctica y abrazará las materias siguientes: Elementos de Aritmética, Álgebra, Geometría, Física Química, Dibujo y Contabilidad industrial. Por excepción, en los tres primeros años, se dará la enseñanza primaria elemental a los que la necesiten".

Los derechos de matrícula eran ocho pesetas por cada curso y cinco para los socios e hijos de socios de La Cooperativa. "Unos y otros deberán proveerse de los libros y útiles necesarios para su respectiva clase".