El espigón del paseo de As Avenidas desde el que se precipitó un joven el pasado fin de semana y que ayer permanecía en estado "muy grave" en la UCI del Hospital Xeral se vallará durante los próximos meses. Éste es el único punto del perímetro del puerto deportivo que carece de cerco. "No es un terreno competencia nuestra, sino de la Autoridad Portuaria", aseguran desde el Náutico. En todo caso, será finalmente el club el que acometa dicha obra dentro del proyecto de reforma del muelle que, según sus planes, se iniciará en octubre.

El Náutico prevé derribar el actual espigón que parte de las inmediaciones del edificio social del club. De esta forma, el nuevo acceso a las instalaciones de capitanía se realizará a través del muelle en el que se registró el trágico suceso la madrugada del pasado domingo. Desde el borde se instalará una pasarela que conectará el edificio con el paseo de As Avenidas. Además de vallar todo el perímetro de este nuevo entorno, el Náutico ubicará también aquí un puesto de vigilancia permanente, ya que este punto se convertirá en la entrada principal al puerto deportivo.

Pero los responsables del Náutico admiten que el vallado de esta zona no será suficiente para resolver los problemas de vandalismo que sufren "todos" los fines de semana como consecuencia de los cientos de personas que practican botellón en As Avenidas. "Las puertas actuales miden más de dos metros y los jóvenes no tienen reparo en escalarlas. De echo, ayer mismo [por el lunes] otro chico fue sorprendido por los vigilantes entrando en el interior. Es un problema que no se resuelve solo con vallas", asume, resignado, el director del puerto deportivo, Brais Touceda.

Esta situación llevó al club a extremar la seguridad para evitar destrozos. "En los últimos años y desde que aumentó el número de personas practicando botellón en esta zona nos vimos obligados a redoblarla. Anualmente gastamos más de 150.000 euros. Antes teníamos solo un guardia, ahora entre tres y cuatro. Además tuvimos que instalar 16 cámaras de vigilancia", asegura Touceda.

Pero todas estas medidas han sido insuficientes. En uno de los partes de este año redactado por uno de los agentes de seguridad y en el que se recoge que varios jóvenes saltaron al interior del puerto y que otros tiraron dentro una señal de tráfico, el vigilante resume la gravedad del problema. "Esta noche solo estábamos dos y el botellón fue muy grande y ocurrieron muchas cosas. No se pueden cubrir todas las áreas del club", advirtió entonces.

El presidente del club, Franco Cobas, admite que la situación de los vigilantes es "muy comprometida". "Les han llegado a rodear e increpar. Muchos de los jóvenes están borrachos perdidos y contra ellos no pueden hacer nada y ya nos han dicho en multitud de ocasiones que no se pueden meter. Es una situación tremenda la que se vive aquí", lamenta.

El Náutico prevé iniciar la reforma del muelle en el mes de octubre y una vez que se inaugure oficialmente el de A Laxe, cuya apertura está proyectada para la próxima semana. El plazo estimado de ejecución de la obra es de 14 meses.