Sea por moda o utilidad, los listados de universidades se han multiplicado en los últimos tiempos para medir y comparar su productividad científica, la calidad de la docencia o la visibilidad en internet de sus páginas web. El de Shanghái es uno de los más populares y, aunque muchos no estén de acuerdo con sus criterios, no deja de ser un reflejo de que la investigación viguesa gana metros en la carrera hacia la excelencia y, en muchas ocasiones, compitiendo con aquellas que le superan en tamaño e historia.

La aparición de Vigo en el selecto club de las quinientas mejores instituciones académicas no es casual y se apoya en cifras como los 7,2 millones de euros ingresados en sus arcas en 2009 a través de contratos firmados por sus grupos de investigación con empresas e instituciones. Sus expertos son requeridos en ámbitos tan diversos como las comunicaciones por satélite, la eficiencia energética, la logística o la acuicultura.

El talento de sus científicos se valora cada vez más en convocatorias de prestigio nacional e internacional y Vigo lidera desde hace tiempo proyectos de ámbito europeo como el EnerBioAlgae, que culminará con la instalación de una planta en la comunidad para obtener biodiésel a partir de microalgas y construye el primer satélite gallego que será lanzado a final de año.

El océano es un denominador común en la actividad desarrollada en los laboratorios de los diferentes centros. El Campus del Mar está llamado a ser el aglutinador de toda la investigación que realizan más de tres mil personas en Galicia y el norte de Portugal y a convertir a Vigo en la universidad europea del mar.

Un grupo de geólogos del campus se encuentra en estos momentos a bordo del Sarmiento de Gamboa, navegando a más de doscientos kilómetros al oeste de nuestra costa, para determinar la extensión de un yacimiento de gas, el "Gran Burato", que Galicia podría explotar si se demuestra su rentabilidad.

Algunos de los retos emprendidos por los investigadores vigueses son inéditos en España y jugarán un papel destacado en su salida de la crisis. Así lo destacó recientemente en Vigo la ministra Cristina Garmendia durante la inauguración de Citexvi, un espacio común para la Universidad, los centros tecnológicos y las empresas que pretende actuar como un "polo de innovación" en Galicia.

Pero esto de los rankings no es una ciencia exacta y da lugar a paradojas como la de que la aparición de Vigo en la última lista de Shanghái coincide con una ligera pérdida de puestos –del 13 al 16– en la clasificación de las 48 instituciones públicas españolas por su productividad científica que realiza Granada cada año.