De herramienta indispensable a solo un recuerdo. Los tres candidatos que compitieron el 22 M por acceder a Praza do Rei han pasado de "twittear" cada uno de sus pasos a desconectarse por completo de las redes sociales. Las cifras hablan por sí mismas: durante el mes de mayo la ex candidata popular Corina Porro publicó cerca de 200 comentarios en su perfil de Twitter para compartir con sus "seguidores" cada una de sus opiniones o movimientos. Desde el 22 de mayo no ha publicado nada. El nacionalista Santiago Domínguez colgó 117 frases en su muro a lo largo del mes decisivo para las elecciones y solo cinco desde entonces. En el caso del socialista Abel Caballero la actividad durante mayo en su perfil oficial –otro que no se presenta con esa categoría sumó 96 entradas en 31 días– ascendió a 15 comentarios pero cesó por completo al finalizar el mes.

Aunque las tres cuentas de Twitter se inauguraron mucho antes de las elecciones –la de Domínguez data de 2009, la de Porro de 2010 y la oficial de Caballero de febrero (otra se inició en el 2009)– su actividad cayó en picado tras el 22 M. El motivo, en opinión de los expertos en redes sociales, es trasladar erróneamente las tácticas de comunicación tradicionales a las nuevas tecnologías. "Es la versión moderna de pasear por los barrios durante la campaña," –explica Rubén Bastón, de la empresa Elogia– "pero hay que ser consciente de que en Internet nada desaparece y los errores corren rápido".

Riesgos

A diferencia de la calle, no estar o hacerlo de manera errónea puede suponer un riesgo. Una práctica frecuente en la Red es que personas ajenas al equipo del candidato abran una cuenta con su nombre y actúen como tales. De Abel Caballero y Corina Porro, por ejemplo, figuran varias cuentas gestionadas por usuarios distintos. "Hay que guardar los dominios porque de lo contrario puede que nos los usurpen", apunta Bastón. Otra clave, señalada por el especialista en Comunicación José Rúas, consiste en "diferenciar lo propagandístico de la comunicación". "La primera es unidireccional mientras la segunda ofrece la oportunidad de interactuar. El cibernauta actual lo detecta muy rápido", concluye Rúas. Entre los usuarios de Twitter esa norma se ajusta a "la regla del 80-20", por la que un 20% de los mensajes puede ser propio pero el 80% debe responder a la interacción con los demás usuarios.

El riesgo de "patinar" para quien quiera beneficiarse de las redes sociales sin estar familiarizado con ellas es alto. Un error cometido incluso por políticos de repercusión nacional, como Rosa Díez, consiste en atribuirse la gestión de una cuenta de Twitter cuando en realidad ésta corre a cargo de un equipo de colaboradores. "Hay que ser honestos porque de lo contrario pierdes credibilidad", aconseja Bastón. "Un político no puede estar siempre atento a su perfil. Para eso puede tener colaboradores que le aporten frescura al mensaje", corrobora el profesor de Historia de la Propaganda, Alberto Pena. Entre los candidatos vigueses al 22 M el único que reconoce esa participación es Domínguez, quien lo advierte en el mismo encabezamiento de su perfil. El consejo de los expertos permite además incorporar recursos frecuentes en Twitter, como Tumbler –una combinación con blog– o Foursquare e Instagram, dos aplicaciones que permiten subir fotos geolocalizadas.

Pero ¿vale la pena apostar por Twitter? La opinión entre los expertos no es unánime. Para Alberto Pena las redes sociales "no son el soporte más importante de comunicación" y distan mucho del impacto que alcanzan la prensa o la televisión. "En las redes está parte de la población, pero no la mayoría que otorga gobiernos", expone Pena antes de advertir que "no se puede entender lo que se habla en ellas como un referéndum global". En cualquier caso esa falta de representatividad no impide que "puedan socavar la imagen de un alcalde" y resulten estratégicas para familiarizarse con movimientos ciudadanos como el 15 M.

El valor de las redes es distinto para Rubén Bastón. En opinión del experto en comunicación de Elogia los políticos deben prestar mayor atención a herramientas como Twitter o Facebook. "Youtube es el segundo buscador del mundo, por detrás de Google, y ofrece a los políticos la posibilidad de llegar a mucha gente con pequeñas piezas audiovisuales", explica Bastón, quien concluye: "no entiendo que me envíen propaganda postal a casa durante la campaña electoral cuando yo llevo años sin emplear ese servicio. Hay que aprovechar las nuevas herramientas para llegar a la gente".