El Instituto de Estudios Vigueses continúa con su trabajo a pesar del reciente anuncio de la Fundación Provigo sobre su desvinculación de la entidad. Actualmente, a través de un acuerdo con la Diputación de Pontevedra, prepara "un catálogo de alto nivel" con todas las obras que han publicado a lo largo de sus 20 años de existencia. Precisamente, la junta directiva y sus colaboradores celebran a lo largo de toda la mañana de hoy una asamblea para debatir las medidas que garanticen su viabilidad, al verse obligados a "independizarse".

El Instituto pertenece a la Confederación Española de Centros de Estudios Locales, que a su vez depende del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y en la mayoría de los casos están adscritos a las respectivas diputaciones, así que Martín Curty, presidente de la entidad viguesa, no descarta la posibilidad de "unirse" a la de Pontevedra. "Hasta ahora nos nutríamos de Provigo y de acuerdos puntuales con la Fundación Puerto de Vigo, el Colegio de Arquitectos o la Diputación", relata Curty, quien reconoce que explorarán todas las vías que existan para financiarse –hasta ahora disponía de 35.000 euros anuales de presupuesto–. De este modo, en la asamblea de hoy tratarán también "el nuevo estatus que le permita tener personalidad jurídica propia para, entre otras cosas, poder emitir facturas".

Actualmente el Instituto mantiene su sede en un espacio cedido en el edificio de Asefal, pese a que el Concello les había "invitado" a irse antes del 31 de diciembre de 2010 "porque preveía cancelar el contrato de alquiler, cosa que no ha sucedido", comenta Curty, quien desconoce hasta cuando podrán permanecer en la sede.

"No nos sorprendió el anuncio de la Fundación Provigo porque es un paso más para desvincularnos del Concello", critica Curty, quien asegura que espera desde hace un mes a que la edil de Cultura, Isaura Abelairas, les concierte una cita. "Llevamos a gala ser una entidad que no se doblega ante nadie", advierte.