Los conflictos laborales no entienden de vacaciones. Ni siquiera se toman un respiro en agosto, el mes de menor actividad judicial del año por excelencia. Los juzgados de lo Social de Vigo han señalado para las próximas semanas más de un centenar de vistas por despidos, una cifra superior a la de años anteriores en las mismas fechas debido al repunte de este tipo de procedimientos por la crisis económica. En un período en que los juicios son algo inusitado en otros órdenes jurisdiccionales, como es el caso de los juzgados penales o de la Audiencia, en los tribunales que solventan las diferencias entre empresarios y trabajadores las salas de vistas no podrán colgar el cartel de "cerrado".

Para la Justicia, agosto es inhábil para la inmensa mayoría de actuaciones procesales. Por eso, gran parte de los abogados y procuradores vigueses descansan este mes, que también suele ser el preferido de muchos magistrados, fiscales, secretarios y funcionarios. Pero la norma general tiene excepciones, y en el caso de los juzgados sociales la legislación establece que este período es hábil para una serie de procedimientos considerados urgentes, entre los que se encuentran los despidos, las extinciones de contrato de trabajo, vacaciones o las modificaciones sustanciales de las condiciones laborales. "Como puede ser, por ejemplo, un cambio de categoría, ciudad u horario", resume el juez decano Germán Serrano, titular también de una de las salas laborales.

Por este motivo, los juicios no cesan en estos tribunales. "Aquí el trabajo no para", describe una funcionaria. Y buena prueba de ello es que los tres juzgados sociales de la ciudad que tienen agenda de señalamientos para este agosto –de un total de cinco– han fijado 119 juicios. La gran mayoría, 103, serán por despidos. "Son al menos un 10% más de vistas que las celebradas el año pasado; hemos notado que en julio se presentaron muchas demandas", explica un secretario judicial.

La tramitación de este procedimiento no se puede dilatar demasiado en el tiempo. El magistrado tiene un plazo de sesenta días hábiles para resolver el despido desde que se presenta la demanda. "De lo contrario la empresa puede reclamar al Estado los salarios de tramitación pagados al trabajador que excedan de dicho plazo", afirman.

Repunte

El repunte de despidos no solo ha hecho aumentar el trabajo de estas salas en agosto. Los jueces laborales ya se vieron obligados a principios de año a adoptar soluciones para cumplir el plazo máximo legal de dos meses que hay para dictar sentencia. Así, la avalancha de asuntos les llevó a señalar más juicios en los días que ya tenían fijados para las comparecencias o incluso a reservar una jornada más a la semana –lo habitual son dos días–. Y uno de los juzgados celebró una treintena de vistas en pleno período navideño, concretamente en vísperas de Reyes. También llegó a haber un magistrado de refuerzo.

La razón de fondo de esta gran actividad es que los tribunales laborales han sido de los más castigados por la crisis: si en 2008 los cinco juzgados de Vigo sumaron en total más de 5.200 demandas, el pasado 2010 alcanzaron las 6.297. Y el trabajo, advierten, sigue aumentando.