Entre uno y dos kilos de plomo atraviesan cada día el estrecho de Rande y se extienden desde la ensenada de San Simón al resto de la Ría. Parte de este material contaminante acaba en el océano, pero el resto se va depositando en el sedimento de zonas de remanso como las pequeñas ensenadas. Un estudio realizado en el Instituto de Investigaciones Marinas-CSIC constata por primera vez este desplazamiento y revela que la concentración de plomo en la Ría viguesa triplica a la de Ferrol y es la más alta de Galicia.

La acumulación de plomo en San Simón es conocida por los científicos desde hace décadas, pero hasta ahora se ignoraba esta dispersión hacia el exterior de la Ría. El estudio coordinado por Ricardo Prego, del grupo de Biogeoquímica Marina, también ha demostrado que el fenómeno es causado por las crecidas del río Oitavén y las mareas vivas. "Hemos constatado que la contaminación no se queda quieta. La mejor medida para frenarla sería actuar en el foco. Si se ha llegado hasta el pecio del Prestige, no creo que resulte tan complicado trabajar en esta zona intermareal. Si el tema se resuelve ahora, nos evitaremos que dentro de veinte años esté más extendida y sea necesario gastar más dinero", apunta el experto.

La acumulación de plomo tiene su origen en la fábrica de cerámica Pontesa, sin actividad desde hace décadas, y en la sustancia que se utilizaba para conferir brillo a la loza. Expertos del propio Instituto de Investigaciones Marinas, Universidad y Centro Oceanográfico han estudiado su rastro durante los últimos años en los sedimentos o en especies como los mejillones, pero el equipo de Prego ha utilizado técnicas ultra-limpias para determinar por primera vez los flujos del transporte de material.

Este análisis pionero realizado por los científicos vigueses demuestra que el río Oitavén actúa como "un ventilador" que expande por la Ría el plomo en partículas depositado cerca de su desembocadura y que las mareas altas ejercen la misma función con el plomo en disolución. La concentración en la puerta de salida, el estrecho de Rande, alcanza los 0,2 miligramos por metro cúbico, una cifra veinte veces mayor que los niveles que se encontrarían de forma natural en el medio marino y que triplica la contaminación de la Ría de Ferrol.

Gracias a este estudio financiado por la Comisión Interministerial para la Ciencia y la Tecnología y del que ya se ha hecho eco la revista Scientia Marina es posible determinar el nivel de contaminación en un momento determinado. "Hemos obtenido unas ecuaciones matemáticas que nos pueden decir el plomo que se está transportando en función del caudal del Oitavén o de la altura de la marea", destaca Ricardo Prego.

Además de la concentración de plomo, el equipo del Investigaciones Marinas ha medido los niveles en el estrecho de Rande de cadmio y cinc, también considerados metales-traza, esto es, aquellos cuya concentración en el medio es inferior a los 5 miligramos por metro cúbico.

La presencia de ambos materiales, tanto en disolución como en partículas, es similar a la registrada en las aguas costeras de Portugal, Francia o Escocia.

"Los tres elementos de la lista negra serían el plomo, el cadmio y el mercurio porque no tienen una función definida en los seres vivos y éstos, al no ser capaces de eliminarlos, los van acumulando. Y en concentraciones elevadas, se vuelven tóxicos", advierte Prego.

Depuradora

Los resultados sobre el transporte de plomo en la Ría se hacen públicos dos meses después de que la propia Xunta diese a conocer su primer estudio sobre la contaminación de la costa gallega en el que se constataba el mal estado químico de las aguas situadas frente a Vigo y Moaña.

La futura depuradora, que será adjudicada a finales de septiembre y cuyo anteproyecto para el emisario submarino fue adjudicado ayer a la empresa Saitec S.A. por más de 200.000 euros, logró frenar la multa de 20 millones de la UE por contaminación en la cría de moluscos, pero el pasado abril el Tribunal de Justicia comunitario condenaba al Estado español por incumplir la directiva de tratamiento de aguas residuales urbanas en Vigo y en otros ocho concellos gallegos.