Las soluciones imaginativas ya son una tónica habitual en los juzgados. La tan reiterada falta de espacio en los dos edificios de la calle Lalín está provocando que, ante cualquier eventual necesidad, se opte por exprimir hasta el último hueco. Por minúsculo que sea. El último problema se planteó porque ya no había sitio para el local del nuevo sindicato con representación en los tribunales vigueses. Y por lo que se ha optado es por habilitar una pequeña estancia hasta ahora sin uso situada en el edificio nuevo. Las obras se realizaron durante los últimos días y podrían no ser las únicas que se acometan a corto plazo. ¿La razón? El juez decano ha remitido un escrito a la Xunta en el que demanda que también se acondicionen otros dos huecos similares que hay en ese mismo inmueble: el objetivo es utilizarlos como archivo para poder guardar parte de los más de 2.500 expedientes de sentencias pendientes de ejecutar que se acumulan en las salas de lo Penal, en algún caso apilados en el suelo y en el pasillo.

La estancia que se está acabando de reformar estos días se encuentra al lado de la sala de vistas del Juzgado de lo Penal número 2. El hueco, hasta ahora perfectamente visible desde el pasillo, no es muy amplio, pero es el único que se encontró para ubicar el local del Sindicato de Trabajadores de la Administración de Justicia (STAJ), organización que logró cuatro delegados en la Junta de Personal de los juzgados en las elecciones del pasado marzo, a las que concurrió por primera vez El resto de sindicatos con representación –CC OO, CIG, USO y UGT– tienen sus sedes en el sótano del viejo edificio, zona ya saturada en la que no había sitio para el nuevo local sindical.

"Es la mejor solución que hemos encontrado", explicaba ayer el juez decano Germán Serrano sobre el lugar que se está reformando para uso de los cuatro representantes del STAJ. Huecos como en el que trabajará el sindicato los hay en otras plantas del edificio nuevo, lo que ha llevado al representante de los magistrados vigueses a remitir un escrito a la Dirección Xeral de Xustiza de la Xunta demandando que se acometan obras en otras dos estancias similares para poder usarlas como archivo.

La comunicación a la Xunta fue enviada este julio. Aunque no hay nada decidido, el decano dice que el objetivo es guardar en estos dos lugares los expedientes de sentencias pendientes de ejecutar que se amontonan en los juzgados de lo Penal de Vigo. Estas tres salas acumulan más de 2.500 resoluciones judiciales a la espera de darles cumplimiento. La situación es especialmente grave en Penal 1, donde llegaron a sumar más de un millar de ejecutorias pendientes: las causas se apilan en mesas de funcionarios, en el suelo y hasta en el pasillo.

Soluciones in extremis para habilitar espacios no son nuevas. Y es que los casi 19.000 metros cuadrados de los dos edificios judiciales rozan la saturación. Un claro ejemplo es que incluso el pasillo de la sala de bodas tuvo que usarse como improvisada oficina para ubicar la junta electoral en los comicios locales.