De oficio voluntario a carrera universitaria. La enfermería ha experimentado en pocas décadas una evolución notable que ayer se encargó de revisar Máximo González Jurado -una de las voces más autorizadas del gremio a nivel internacional- en el marco de la I Jornada de Enfermería del Hospital Nuestra Señora de Fátima. El acto congregó en el Centro Cultural de Novacaixagalicia a más de 160 diplomados y personalidades del ámbito sanitario entre las que figuraron la subdirectora general del Sergas, Mercedes Carreras, o el director del Grupo Médico de Fátima, Ángel Caicoya. González apuntó también las grandes claves en el futuro de la profesión.

-¿Qué retos tiene que afrontar de manera más urgente la enfermería del siglo XXI?

-Dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos con una atención sanitaria segura y de calidad que atienda a los cambios demográficos que se están produciendo. El envejecimiento de la población -el 15% de la población está compuesta por mayores, que ocupan el 80% de los servicios sanitarios- va a provocar que tengamos una elevada cantidad de personas con un número muy alto de patologías que requieren cuidados especiales. En esa situación van a ser las enfermeras las que den la respuesta principal y resulten claves para estos enfermos crónicos polimedicados.

-¿Está el sistema sanitario preparado para hacer frente a esa necesidad inminente?

-Ese espectro está muy mal cubierto porque hasta ahora se ha priorizado a las enfermedades agudas y el sistema no está preparado. En cualquier caso estamos avanzando en una formación académica de excelencia, con el paso del antiguo técnico sanitario al graduado en enfermería que dispone de la posibilidad de seguir creciendo profesionalmente con el máster o el doctorado. Cuando ese proceso culmine podremos decir que España tiene las mejores enfermeras del mundo.

-¿Se está viendo acompañado esa mayor profesionalización de mejoras laborales?

-Todavía no. Parece irracional que no se reconozca retributivamente a un profesional al que se le está exigiendo una formación posterior al grado para alcanzar una competencia más avanzada. Eso va a ir en paralelo con el desarrollo de especialidades. No podrá ser de otra forma. En cualquier caso es un tema laboral derivado de la relación entre empresarios y trabajadores a través de los sindicatos.

-¿Es suficiente la plantilla de enfermeros de la que dispone la sanidad pública?

-No, la situación es absurda. En España teneos el 45% de médicos y el 55% de enfermeras, frente al 29% de médicos y el 71% de enfermeras registrado en el resto de Europa. Estamos tan alejados de esa media que para entrar en ella necesitaríamos 150.000 enfermeras más. Y dentro de España el déficit es brutal: en Navarra hay nueve enfermeras por cada 1.000 habitantes frente a las tres que hay en Murcia. En Galicia hay 4,87 por cada 1.000, muy próximo a la media nacional de 5,36 . El sistema está completamente medicalizado y probablemente afronte más gastos de los que debe. -¿Se tiene en cuenta a los profesionales al tomar decisiones que afectan al colectivo?

-A este colectivo y al de los médicos no se nos tiene en cuenta a la hora de planificar. Probablemente si participáramos en la toma de decisiones las cosas irían mejor. Hemos llegado a una situación en la que el sistema se ha burocratizado excesivamente y con el profesional hay que contar porque, al final, es el que determina los costes del sistema.

-¿Entre esas cuestiones a debatir figura la del paso de las universidades a los hospitales?

-Sin duda. Hay que tomar una decisión porque ahora mismo el riesgo es grande. Ninguna carrera permite estar en condiciones de ejercer al día siguiente de terminar la universidad. Los médicos lo han resuelto por el modelo tutelado MIR, obligatorio para todos y por el que se le van dando responsabilidades al alumno a medida que van pasando los años como residente. En enfermería eso no se hace, salvo ahora para los especialistas, ¿pero qué pasa con la mayoría que no lo es? En Portugal lo han resuelto con nueve meses de tutela en hospitales. Hay que buscar fórmulas porque si no el choque de ser estudiante un día y al siguiente profesional con responsabilidades plenas es demasiado violento. Es algo que estamos debatiendo pero estos cambios estructurales son muy difíciles.