Vecinos del Casco Vello afirman sentirse "hartos" de soportar cada fin de semana el ruido que provoca la concentración de personas en las puertas de los pubs de Teófilo Llorente y Real, ambas calles dentro de la "zona protegida" de O Berbés, declarada como tal en septiembre de 2009. La asociación vecinal y otros residentes a título particular aseguran que determinados locales de copas permiten a sus clientes salir a la vía pública con las consumiciones y que la Ley Antitabaco y la llegada del buen tiempo "influyeron mucho" para que la contaminación acústica en el barrio "se recrudeciese" en los últimos meses. Ante esta situación, los vecinos ya solicitaron una reunión con el alcalde para abordar esta problemática, entre otros asuntos que les preocupan.

Una de las más activas en la lucha contra el ruido nocturno y vocal de la asociación del Casco Vello, Dora Vázquez, admite que existe vigilancia policial, "pero sin continuidad". "No hay tanta presencia de agentes como antes, y claro, la gente se va relajando", lamenta esta residente.

En este sentido, otros habitantes del barrio histórico presentaron por registro en Praza do Rei una petición reclamando policía de paisano "para que el control sea más efectivo", una idea que apoya firmemente la asociación vecinal. "Les dejamos entrar en nuestras casas para que realicen las mediciones sonométricas. Hace unas semanas en mi vivienda se contabilizaron 37,6 decibelios, cuando lo máximo permitido son 30. Tuve que pagar 9,45 euros por ese informe y debo ir yo a buscarlo al Concello", critica Alicia Olivera, quien "emigró" del Casco Vello en 2004. "No podemos vivir ahí. Mi marido tiene un problema cardiovascular. Y tampoco podemos vender o alquila la vivienda, es imposible con este escándalo", agrega.

En cuanto al "botellón", los vecinos afirman que se sigue celebrando en las escaleras de Teófilo Llorente, aunque, al menos durante la noche del viernes, las aglomeraciones se limitaban a las puertas de los locales de copas –tanto en Teófilo Llorente como en la calle Real –, donde algunas personas estaban bebiendo y otras salían a fumar. También se observaron policías locales circulando en motocicletas por las calles del Casco Vello.

El entorno de O Berbés fue declarado zona protegida hace más de un año y medio. Esta catalogación prohíbe las concentraciones de personas en la calle "consumiendo bebidas de cualquier tipo". Los residentes ya dieron parte al Ayuntamiento de la ausencia de los carteles de "zona protegida" en el barrio a consecuencia del vandalismo.

Precisamente los destrozos suelen ser una de las consecuencias de la movida nocturna en la zona. Pero no solo en el mobiliario urbano, sino también en las casas de los vecinos. "Llaman a los telefonillos, orinan en los portales y nos dejan los vasos dentro", coinciden.

Ana vive en un edificio con ventanas a Teófilo Llorente y también a Real. "Hace unos días un grupo de chavales estaba cantando a modo de Mariachi debajo de mi balcón, en el primer piso. Y mi hijo, de 6 años, estuvo despierto desde las cuatro y media hasta las seis de la mañana. Llega un momento en que te desesperas", explica esta madre, quien añade que "hubo un parón" en el ruido nocturno y "ahora vuelve a aparecer otra vez".

El último informe del Valedor do Pobo de Galicia deja claro que en las zonas de marcha de la ciudad se sigue detectando ruido que impide descansar a los vecinos. En su balance de 2010 figuran abiertas dos investigaciones por molestias por las noches en Teófilo Llorente y Churruca y un tercer proceso, que se remonta a 2008, a la espera de un informe completo del gobierno municipal sobre la situación legal de los pubs en Vigo.