"Hemos entendido el mensaje claro de los ciudadanos: seguiremos defendiendo a Vigo y gobernaremos únicamente mirando por los intereses de la ciudad". Este fue el primer mensaje que lanzó ayer Abel Caballero cuando compareció exultante a las once de la noche tras confirmarse que podrá continuar en la Alcaldía otros cuatro años en coalición con el BNG. Interrumpido por los aplausos de los más de 200 militantes reunidos en el hotel Bahía y acompañado de su mujer y de todo su equipo, el socialista enfatizó que "el ganador de estas elecciones es Vigo. Asumimos esta enorme responsabilidad y os puedo garantizar que lo primero para el gobierno seguirá siendo la ciudad".

Entre vítores y cánticos de simpatizantes e interventores, Caballero intentaba hacerse oír para destacar la importancia de los comicios para el PSOE vigués tras el descenso de apoyos en las autonómicas. "Subimos en concejales y votos y logramos el mejor resultado del partido en unas elecciones municipales en veinte años", subrayó el líder de los socialistas vigueses, que compartió la victoria con las decenas de personas que han colaborado en su campaña de forma anónima. "Sin ellos nuestra voz y nuestro proyecto no hubieran llegado a tanta gente", les agradeció en dos ocasiones.

Los socialistas, con 11 ediles y un 34,4% de los votos, igualaron su mejor resultado logrado en el año 1991 y eso se notaba en las caras. Los más sonrientes eran el secretario local del partido, Manel Gallego, y la número dos de la lista en la ciudad, Carmela Silva, que regresa a la política municipal en un momento dulce para el partido y apenas podía avanzar entre los abrazos de los interventores y militantes que compartieron la noche de fiesta.

Caballero entró en la sala desde la que los socialistas siguieron los resultados entre gritos de "campeones, campeones", pero se mostró en todo momento muy sosegado. En su discurso reiteró las ideas clave de su campaña y se comprometió con los ciudadanos "a mantener nuestra independencia y a defender siempre que Vigo ocupe el espacio que le corresponde en Galicia".

No se olvidó en su intervención del trabajo realizado durante estos cuatro años por su socio de gobierno, Santiago Domínguez. "Ha sido un aliado leal y todo su equipo ha tenido una gestión eficiente. Pese a las dificultades, supimos llegar a acuerdos para sacar adelante a esta ciudad", destacó Caballero, que insistió en "la estabilidad" del bipartido y al final de su discurso reiteró su "total voluntad de gobernar con el BNG".

A la hora de hacer balance, el socialista tuvo un especial reconocimiento al papel jugado por el Gobierno central en el mandato municipal, personalizando el agradecimiento en el ministro de Fomento, José Blanco, "por la vocación inequívoca que mostró por atender las necesidades de la ciudad". También ensalzó el "incansable trabajo por Vigo" de la exministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, que lo acompañó durante toda la jornada. Y por último recordó, ya en un tono más distendido, el sexto sentido de Alfredo Pérez Rubalcaba. "Ya adelantó el martes que él solo iba a las ciudades donde iba a ganar el PSOE", recordó entre las risas del público.

Caballeró no compareció hasta que el escrutinio al 100% confirmaba las once actas de los socialistas y pese al tono comedido que lo caracteriza, se emocionó para agradecer públicamente el esfuerzo de tres personas en concreto. En el terreno profesional comenzó por su número dos y coordinadora de la campaña del PSOE, Carmela Silva, siguiendo por el portavoz del partido en el Concello y su mano derecha en la gestión municipal, Carlos López Font. Por último, se permitió la licencia de agradecer el apoyo "incondicional" de su mujer, Cristina, "por comprender el trabajo absorbente de estos cuatro años sin vacaciones", reconociendo a continuación que el resultado histórico logrado auer en las municipales "son el momento más importante de mi vida política. El proyecto no puede parar ni un solo día. Mañana a trabajar", advirtió a su equipo.