Una serie de inspecciones a negocios de venta de productos de importación acabó por llevar a la Policía Local a un almacén cerca de Traviesas en el que se guardan siete toneladas de alimentos procedentes de Brasil caducados, pero que iban a ser presuntamente comercializados tras manipularse las fechas. La pista surgió a principios de año, cuando el Equipo de Vigilancia y Apoyo (EVAP) tuvo conocimiento de que una persona de origen brasileño residente en Vigo vendía en diferentes establecimientos mercancía con las fechas de validez manipuladas. Las investigaciones permitieron localizar 90 envases trucados (paquetes, bricks y botellas) a la venta en dos tiendas, y tras un seguimiento al supuesto autor, A.M.R., de 39 años, se llegó al local, un bajo en pésimas condiciones situado en unas antiguas galerías de la calle Tranviarios (que une A Florida con Fragoso). Allí fueron hallados 15.000 productos y utensilios con los que se pueden falsificar las etiquetas, entre ellos acetona para borrar tinta y un tampón para grabar nuevas inscripciones sobre pegatinas en blanco. La Policía ha remitido al Juzgado toda la documentación e imputa al ciudadano brasileño por un delito contra la salud pública.

La bautizada por la EVAP como "Operación Brasil" arrancó en enero y los agentes, según fuentes del cuerpo, inspeccionaron una veintena de tiendas de venta de productos de importación en la ciudad. En dos de ellas, situadas en A Florida y Travesía, se detectaron los alimentos con las etiquetas falsas. La fecha auténtica de caducidad databa de 2010 e incluso de 2009, según se constató al localizar el resto del material en el almacén. Los envases a la venta fueron retirados entonces y puestos ahora a disposición judicial.

Los productos son típicos de la cocina brasileña. Mezcla de pan de queso, feijão, harina de mandioca o leche de coco son algunos de ellos. También hay cerveza de marcas nacionales del país suramericano. Los agentes decidieron hacer un seguimiento al acusado, que, según las diligencias enviadas al Juzgado, trabajó como comercial para una empresa de distribución de productos de importación radicada en Porriño que cerró sus puertas el año pasado. Después de ello habría adquirido las cajas con los alimentos en stock y los empezó a ofertar en las tiendas del sector, falsificando las fechas y volviendo a cerrar las cajas y bolsas como si no se hubiesen tocado.

El acusado prestó declaración en la Jefatura hace dos semanas y está en libertad. En su testimonio negó haber manipulado las fechas y que trabajase para la citada empresa, con la que, según su versión, llegó a un acuerdo de cesión del stock. El almacén está actualmente precintado.