Las personalidades que componen el panorama cultural vigués ponen deberes al equipo que gane las elecciones municipales el próximo 22 de mayo. En función de la disciplina a la que se dedica cada uno, plantean diferentes propuestas. Pero coinciden en una premisa básica: la cultura empieza por la lectura. De ahí que la mayoría de los vigueses preguntados por FARO apuesten por una gran biblioteca pública o bien por una red de centros en los barrios (por ahora funciona uno en Martínez Garrido) en los proyectos del próximo gobierno.

El director de Xerais y presidente de la Asociación Galega de Editores, Manuel Bragado, también echa en falta un plan municipal de lectura, que aglutine "mayor dotación bibliotecaria, programas de dinamización de la lectura en el colegio o que abarque el plurilingüismo". "Se trata de una herramienta transversal que introduzca la lectura en la agenda pública viguesa, y la administración debería asumir esto como un compromiso político. Es una idea moderna en un momento decisivo de cambio en los modelos de comunicación cultural en el mundo", expone Bragado, quien considera que Vigo "tiene un déficit de lectura histórico".

El escritor y especialista en literatura infantil Antonio García Teijeiro lamenta que la ciudad olívica "sigue sin tener un plan de bibliotecas vivas, bien dotadas, con actividades lúdicas e incluso una para niños". "Hace falta una gran biblioteca que atraiga a la gente y coordine las otras. Esto es muy importante", apunta. El proyecto en el que trabaja el Ministerio de Cultura y el actual gobierno local para ubicar la Biblioteca Estatal en la Panificadora convence. Alfonso Álvarez Cácamo opta por instalar varios centros en la periferia "sin despreciar" una biblioteca central. "La gente tiene sed de cultura, estoy convencido", afirma.

La directora de la Galería Ad Hoc (una de las pocas en Vigo que participa en ferias internacionales) se define como "una lectora empedernida" y apoya la creación de puestos de lectura en la ciudad, al igual que la promoción de los artistas gallegos y locales, tal y como reclama el cantante vigués Alberto Cunha. "Estamos un poco ciegos de lo que tenemos. El Ayuntamiento debería contar más con los profesionales de Vigo a todos los niveles, no solo en lo referente a la música", opina. Se pregunta por qué nunca se ha organizado una noche o unos días en Castrelos para que el talento vigués se suba al escenario en su tierra. Por ahora, dice, tienen que hacerlo en los establecimientos privados. "A veces parece mejor un cantante que viene de fuera que lo que tenemos aquí, y en Vigo hay gente muy válida", defiende el compositor.

Las demás personas sondeadas por este periódico coinciden con Cunha en un mayor apoyo a los creadores vigueses por parte de la Administración. "Cuando hagan esculturas públicas, deberían contar con los artistas de las galerías", apunta Inés Ramiro, quien demanda un mayor contacto al Concello con las personas implicadas en el arte. "Nos gustaría conocer a los responsables municipales de Cultura", reclama esta galerista. "Llevamos el nombre de Vigo por distintas partes del mundo", recuerda.

Entre las propuestas que lanza el mundo de la cultura al próximo equipo de gobierno también figuran la promoción del idioma gallego, ayuda a los colectivos de libreros, poner en valor la red museística (e incluso crear un museo de imprenta y tipografía) o apostar por grandes eventos musicales y de moda. "Vigo carece de una infraestructura sólida musical, de un festival de jazz, rock o música clásica", expresa García Teijeiro.

La diseñadora Olga Santoni denuncia que en la ciudad no existe ningún desfile de moda y solicita crear alguno "similar" a Luada, un evento de repercusión internacional que acogía Vigo en los años ochenta. "El gobierno confiaba mucho en el sector de la moda. Ahora hay que demostrar mucho más", lamenta.